El Premio Pritzker mexicano Luis Barragán decía que una vez que está resuelto el problema funcional, inicia la emoción que nos puede dar la arquitectura. El Centro Cultural Yitzhak Rabin es la representación de ese principio

Por: Antonio Nieto, Fotografía: Rubén Darío Betancourt

Antes de que el Centro Cultural Yitzhak Rabin esté terminado, es posible imaginar cómo reverberará en el Teatro “Ángel y Tere Lozada” La noche de los mayas, de Silvestre Revueltas, o bien el Ave María, de Schubert, o incluso el mismo silencio, hecho a partir de un espacio diseñado para alimentar al espíritu humano. Eso es lo que pensaba Luis Barragán: “La función de la arquitectura debe resolver el problema material sin olvidarse de las necesidades espirituales del hombre”.

El volumen del espacio interno del teatro es de 450 pies cúbicos por asiento

Quizá los arquitectos Sara Topelson y José Grinberg, a través de su despacho Topelson+Grinberg, nunca perdieron este principio cuando imaginaron cómo sería el Centro Cultural.

Una vista desde el foso de la orquesta permite observar el sistema de climatización bajo suelo

Dedicado, al Premio Nobel de la Paz Yitzhak Rabin, el edificio tenía que ser diseñado bajo la idea de contar con un magnífico auditorio, en el cual se puedan llevar a cabo diversas actividades artísticas, lo mismo que conferencias magistrales o simposios. El proyecto es parte del Plan Maestro de Desarrollo de la Universidad Anáhuac.

También se contemplaron aulas y talleres que permitieran apoyar la formación artística y reforzaran la vigorosa vida cultural de más de 70 talleres que ofrece la Coordinación de Arte y Cultura de la Universidad, en los cuales participan miles de estudiantes.

En resumen, será un espacio multifuncional para conferencias, conciertos, teatro, danza, ópera y actos académicos. Además, un vestíbulo donde se podrán montar exposiciones temporales; un espacio escultórico; salas de ensayos; camerinos y oficinas. Y albergará la Escuela de Artes en la planta baja, cuyas licenciaturas en Artes Plásticas, Música Contemporánea y Teatro y Actuación se imparten desde hace años en la Universidad.

Se trata del segundo recinto de su tipo en un campus universitario, ya que contará con la más avanzada tecnología isóptica y acústica, y una capacidad similar a la del Palacio de Bellas Artes. Ya hay sinfónicas y artistas internacionales interesados en tener temporadas ahí.

Innovación
Uno de los retos principales que enfrenta la arquitectura para diseñar auditorios como éste es que deben atender aspectos estéticos, artísticos, técnicos y funcionales.

Dentro de la innovación de este recinto, está el sistema de climatización, ya que en la mayoría de los casos el aire es inyectado desde la parte superior. En este auditorio, el aire se inyectará desde abajo, en el sitio de las butacas, y los equipos de acondicionamiento se instalarán bajo el edificio.

La tecnología permitirá que el foso de la orquesta pueda contraerse para dar espacio a más asientos

Otro aspecto que destaca es que el sistema de butacas contará con un mecanismo especial para que al momento de contraerse o reajustarse no provoquen ruido alguno. Además, el foso de la orquesta podrá ocultarse mecánicamente para dar espacio a más butacas.

Fue definitivo para el diseño arquitectónico el estudio de isóptica y acústica realizado por el despacho neoyorquino Jaffe & Holden, quien “inspirara experiencias sensoriales memorables en las artes escénicas, espacios educativos y culturales”, se lee en su página. La participación de estos expertos va desde espacios de adoración, como catedrales e iglesias, centros de artes escénicas y espacio al aire libre en todo el mundo. Por ello, se espera que el Centro Cultural sea un hito no sólo para la Universidad, sino para el país.

El resultado final del proyecto es fastuoso: su auditorio “Ángel y Tere Lozada”, con capacidad para 1 mil 300 personas, tendrá todas las características necesarias relativas a la acústica mecánica, teatral, foso de orquesta, tramoya y dimensiones de escenario para poder presentar cualquier manifestación internacional de las Bellas Artes: ballet, teatro, conciertos sinfónicos y ópera serán perfectamente acogidos en este magnífico complejo.

Si la arquitectura alimenta el espíritu, como dice el Pritzker mexicano, el  Centro Cultural Yitzhak Rabin es la representación de esta idea.

El despacho Topelson + Grinberg consideró el estudio de isóptica de los especialistas Jaffe & Holden para el diseño arquitectónico

Contará con teatro multifuncional con 1 mil 300 asientos, adaptable para conferencias, conciertos, teatro, danza, ópera y actos académicos.

  • Vestíbulo
  • Espacio escultórico
  • Salas de ensayos
  • Camerinos
  • Espacios para oficinas de apoyo administrativo
  • Cuenta con el estacionamiento del campus
  • Talleres, laboratorios y aulas de la Facultad de Artes

Financiamiento
Recursos de la propia Universidad, donativos de líderes empresariales, de fundaciones, empresas, personas físicas; en general, todos interesados del arte y la cultura en México

Acústica del Teatro, de Jaffe & Holden

  • El volumen del espacio interno del teatro es el adecuado: 450 pies cúbicos por asiento
  • Se definen superficies para la absorción reflexión y difusión del sonido, así como la orientación de algunas superficies para el ajuste de absorción acorde con el tipo de actividades artísticas, seminarios, conferencias magistrales, etcétera.
  • El espacio del teatro está aislado de ruidos exteriores e interiores, así como de las vibraciones de los equipos de aire acondicionado.
  • Se contará con una concha acústica que se adapte al tamaño y configuración de la orquesta sinfónica o de cámara, etcétera.
  • Los pisos en la sala deberán ser una combinación de concreto y alfombra.
  • El proscenio tendrá 20 metros de ancho y 11 metros de altura.
  • El foso de la orquesta es para 65 a 75 músicos (1.6 a 1.8 por músico).

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