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Han pasado poco más de tres meses desde que la pandemia iniciara su brutal golpe sobre la salud de cientos de mexicanos y de la economía. La crisis sanitaria nos hizo mirar a sectores que tienen un rezago importante en la mayor parte de Latinoamérica como lo son la salud y la educación, Comprender que no contamos con el capital humano especializado de técnicos, enfermeros, médicos y otros especialistas, debió abrirnos los ojos de que la oferta educativa no cubre las necesidades de la sociedad. Asimismo, demuestra que el sector salud además de no contar con infraestructura necesaria de camas por habitante, tampoco dispone del personal suficiente para atenderlos. La respuesta de las autoridades para atender la emergencia en ambos casos y reactivar la economía requiere la cooperación entre el sector privado, la academia y la sociedad civil.

Es fundamental la colaboración público-privada para reducir la brecha en los sectores de educación y salud como se requiere, así como la construcción de infraestructura moderna, sostenible y confiable para satisfacer las crecientes necesidades y aspiraciones de millones de personas en Latinoamérica. La participación privada, a través de esquemas de inversión con el sector público, constituye un pilar central para facilitar y maximizar los efectos de las intervenciones y las estrategias de desarrollo para los países de la región, acrecentando la productividad en sus economías y la eficiencia de la tutela estatal. Su intervención en proyectos de infraestructura permite promover obras y servicios públicos, lo que crea mecanismos más eficientes de financiación, que benefician al gobierno, inversionistas y usuarios. La experiencia internacional demuestra que la colaboración público-privada contribuye a la reducción de la brecha de infraestructura de los países y a su crecimiento económico, en la medida que dichos proyectos se estructuren y ejecuten adecuadamente, con una clara asignación de riesgos y responsabilidades.

Si deseamos un mejor desarrollo y abatir las brechas socioeconómicas, debemos mirar con menos desdén la participación de los privados en el desarrollo de las infraestructuras y de México en su conjunto. El sector privado es un aliado del desarrollo social, así lo ha demostrado a través de su historia, y quienes han resultado beneficiados son la sociedad y las personas.

Concluyo con una frase de Malcolm X: “La educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para el día de hoy”.

 

Orlando A. Olmedo Muñoz
Maestro en Valuación Inmobiliaria e Industrial por el Instituto Tecnológico de la Construcción (ITC). Maestro en Public Private Partnership por la Universidad de la Rioja, España. Cuenta con una especialidad en Construcción Sustentable y Eficiencia Energética, y otra en Desarrollo de Proyectos APP por el ITC. También ha participado de manera activa dentro de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, ocupando diversas posiciones dentro de la misma.

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