Los operarios que trabajan en plantas modernas desempeñan numerosas actividades, por lo que les resulta difícil manejar anomalías del proceso. La investigación ha demostrado que un espacio de trabajo inteligente y ergonómico mitiga el riesgo y aumenta la productividad

Por Luis Duran y Jeton Partini, Fotografía: Cortesía de ABB

La introducción de sistemas informáticos críticos y tareas automatizadas en los procesos de fabricación ha determinado el aumento de la seguridad y la productividad durante el funcionamiento normal. Pero ¿qué ocurre cuando surgen situaciones anómalas? La respuesta es, por supuesto, que se requiere intervención humana.

La cultura de seguridad
El factor humano debe colocarse en el centro de cualquier debate sobre la seguridad por muchas razones; una de ellas es que el error humano suele ser la principal causa de incidentes y accidentes, a pesar de la estricta cultura de seguridad que impera en casi todas las empresas.

Las consecuencias de estos incidentes van desde lesiones leves hasta catástrofes que saltan a los titulares. Si una organización desea implantar una cultura de seguridad eficaz, debe contar con una estrategia de gestión de riesgos clara y explícita.

Para esto, lo primero que debe hacer el responsable de la planta es una evaluación de los peligros para identificar los requisitos globales de seguridad. Luego tiene que centrarse en medidas proactivas para garantizar, si es posible, que no se produzca un fallo y minimizar las consecuencias negativas si se produce. Un punto de partida ideal es aprender de la experiencia:

  • ¿Qué debe cambiarse después de una mala experiencia para evitar que se repita?
  • ¿Qué se puede hacer para aprender más de esta experiencia?
  • ¿Qué debe cambiarse después de que se repita esta experiencia?

La cultura de seguridad de la empresa no tiene que ser una obligación molesta, sino brindar a los empleados y a la organización la oportunidad de aprender de los errores y sentirse motivados por el cambio positivo. Los trabajadores deben aspirar a un modo de trabajo más seguro y productivo.

La tecnología como parte de la solución
Anticiparse al fallo con buenas prácticas contribuye a reducir los riesgos en las distintas capas de protección en forma de funciones o sistemas independientes. Uno de éstos es un sistema instrumentado de seguridad (SIS) que se basa en una idea que implica diversas capas de protección.

Casi todos los sistemas de control de procesos actuales alertan al operario si surgen condiciones anómalas y le proporcionarán acceso a información crítica en tiempo real. Un sistema de control del proceso es una “capa” que no sólo propicia la productividad del proceso, sino que también ayuda a los operarios a mantenerlo dentro de límites seguros.

Cuando los acontecimientos se precipitan y no permiten la intervención eficaz del operario, entran en acción otras capas de protección, como un SIS automático, para recuperar la normalidad del proceso. El diseño de seguridad está apoyado por una serie de normas, como la IEC 61508 e IEC 61511, que tratan de establecer, y en algunos casos exigir, buenas prácticas de diseño, revisiones de la documentación y validación y verificación de un proyecto de seguridad.

Si alguna de estas capas (tecnológicas y humanas) no logra evitar el peligro, hay otras que mitigan las consecuencias, como sistemas de detección de incendios y fugas de gas o procedimientos de respuesta ante emergencias. Sin embargo, el hecho es que todas estas tecnologías están diseñadas y aplicadas por seres humanos y, por tanto, no serán perfectas ni totalmente seguras.

Por esto, los sistemas integrados de control y seguridad aportan la tecnología necesaria para un funcionamiento eficaz y minimizan algunas fuentes de error humano. Algunas de las ventajas de este planteamiento son:

  • Los modos de fallo comunes se eliminan durante el diseño, antes de lanzar el producto
  • Se puede reforzar la seguridad del producto para evitar el acceso no autorizado a instalaciones críticas
  • Las pruebas integradas se llevan a cabo en el laboratorio y por expertos que conocen a fondo las tecnologías en juego

Diseño centrado en el ser humano
El diseño del entorno laboral de una sala o un centro de control humano es una tarea complicada, pero fundamental. Uno de los objetivos más importantes es reducir el error humano adaptando elementos físicos y psicosociales en el diseño. Además, esta ingeniería del factor humano y las soluciones ergonómicas reducen las pérdidas económicas.

Asimismo, el hecho de que cada vez más operarios pasen de salas de control locales a centros de control incrementa la carga de trabajo y el nivel de estrés. La ergonomía deficiente, la mala iluminación y el ruido elevado deterioran directamente la salud y exacerban una situación ya mala de por sí, y esto resulta en depresión, ansiedad y agotamiento.

Así, la armonización de los elementos psicosociales y físicos mejora automáticamente la salud y el bienestar en la sala o el centro de control. Las organizaciones deben desarrollar políticas de asesoramiento y gestión del estrés para identificar y erradicar prácticas laborales que causan insatisfacción.

Los procesos cognitivos y la capacidad para resolver problemas varían mucho de unas personas a otras; unos operarios gestionan bien varias tareas a la vez, otros comprenden la complejidad de una carga de trabajo, o son expertos en el análisis de datos o son líderes eficaces. Pero todos comparten un valor fundamental: la salud.

La preocupación de los operarios por la salud es uno de los factores que más ha motivado a ABB a desarrollar nuevas soluciones para la detección precoz de niveles de estrés perjudiciales y la notificación temprana de signos de deterioro de la salud.

El diseño centrado en el ser humano reviste aún mayor importancia ante la presión demográfica de la mano de obra envejecida del hemisferio norte. Para evitar la pérdida de conocimientos, hay que animar a los jóvenes a desarrollar una profesión industrial. Esto sólo puede hacerse ofreciéndoles un lugar de trabajo en el que estén satisfechos.

Modificar los niveles de alumbrado influye en el rendimiento: un nivel elevado aumenta la motivación y reduce los errores y accidentes

Un planteamiento integral
Mejorar la parte física o la parte psicosocial del entorno de la sala de control no es un planteamiento integral; hay que mejorar ambos aspectos de una forma mutuamente compatible. Este efecto quedó ilustrado en la investigación realizada por ABB y la Chalmers University de Suiza, en la que se comparaba una sala de control tradicional con otra avanzada. La incomodidad percibida aumentó con el tiempo en ambas, pero el aumento fue menor en la sala de control avanzada. De este modo, se creó un entorno físico y psicosocial más holístico.

Modificar los niveles de alumbrado influye en el rendimiento: un nivel elevado aumenta la motivación y reduce los errores y accidentes. La iluminación también afecta directamente a la salud y el bienestar, pues el ritmo circadiano humano está vinculado con el nivel de luz ambiental, permitiendo que el operario ajuste libremente el alumbrado de su zona de trabajo con luz fría o cálida.

Otra forma de incrementar la eficiencia del operario es simplificar las opciones de comunicación y que éstas se integren en un solo dispositivo. Por último, es posible mejorar la experiencia del operario al controlar el ruido trabajando con sonido dirigido.

Los diseñadores de sistemas deben ser muy cuidadosos, ya que pueden inducir errores humanos si no identifican todas las eventualidades operativas y crean un proceso o un sistema de control adecuado para responder a ellas. Estos fallos latentes permanecen ocultos hasta que se produce una situación concreta o se desencadena un incidente.

Mientras las industrias siguen invirtiendo en instalaciones nuevas o en la modernización de las existentes, podrían beneficiarse dirigiendo parte de la inversión a reducir el error humano. “Priorizar a las personas” es una estrategia de negocio segura.

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Luis Duran
Hampus Schäring Industrial Automation, Control Technologies Houston, Estados Unidos

Jeton Partini
Industrial Automation, Control Technologies Boras, Suecia

Este texto fue publicado en el ABB Review 02/2017

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