El aprovechamiento de la iluminación natural podría significar ahorros de hasta 30 por ciento en los costos totales de energía. Incluirla como elemento fundamental para el diseño y construcción de edificios contribuye a mejorar la productividad en los entornos laborales, siempre y cuando esté garantizado el confort para los ocupantes del inmueble

Por Redacción, con información de la Agencia Informativa Conacyt

Si bien en México no existe una estadística precisa que cuantifique el uso de electricidad en los edificios, el Consejo Mundial de la Energía (WEC, por sus siglas en inglés) ha dado a conocer que los edificios representan cerca del 40 por ciento del consumo total de energía a nivel mundial.

Esta cifra, sin embargo, bien podría reducirse. De acuerdo con las investigaciones de la arquitecta mexicana Chantal Basurto Dávila, quien realiza una estancia posdoctoral en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, el uso adecuado de la luz natural puede representar ahorros de hasta un tercio de los costos totales de energía en un inmueble.

Esta tesis surgió cuando trabajaba como interna en un estudio de ingeniería para la planeación de la iluminación, el Beratende Ingenieure für lichtplanung, en Hamburgo, Alemania, mientras realizaba sus estudios de maestría. Esta experiencia la llevó a interesarse en el aprovechamiento de la luz natural, su interacción con la electricidad y la importancia de su planeación eficiente.

La investigadora afirma que una de las variables fundamentales es la ubicación del recinto. Por ejemplo, en regiones donde predominan los días nublados, las estrategias van dirigidas hacia el correcto direccionamiento del componente difuso de la luz. Por el contrario, en países que reciben mayor cantidad de luz solar, el objetivo es controlar la radiación incidente en la fachada, a fin de proteger las áreas interiores del sobrecalentamiento y el deslumbramiento.

En el caso de México, Basurto Dávila explica que el uso y optimización de la luz natural en edificios no tiene limitación geográfica, pero sí tiene mayores beneficios en ciertas regiones con temperaturas extremas, como en algunas zonas localizadas en el noreste del país.

“Este tipo de investigaciones permite controlar cada vez mejor las condiciones que inciden en el confort de los ocupantes. En este último caso, el reto adicional sería conservar niveles aceptables de iluminación, en combinación con la luz eléctrica, al mismo tiempo que mantener un adecuado confort térmico”, indicó la arquitecta.

En la planeación de un edificio es indispensable pensar en las variables que contribuyan al uso apropiado y responsable de los recursos. Invariablemente esto se refleja en ahorros en los servicios, siempre que se lleve a cabo una buena investigación de las condiciones climáticas del lugar y la región, así como su orientación, agregó Basurto Dávila.

Esto garantiza una mejor interacción entre los sistemas de iluminación natural y eléctrica, donde la segunda puede regularse u operar escalonadamente en función de la primera, con soluciones como cristales de control solar de alto rendimiento, tragaluces, dispositivos tubulares o sistemas de control de iluminación artificial en respuesta al ingreso de luz solar.

“Con el fin de mitigar el impacto ambiental como consecuencia de una explotación innecesaria de los recursos naturales, las estrategias se deben desarrollar en paralelo con la reducción del consumo energético, aunque esto último no se limita a la edificación, sino incluye también transporte, uso industrial y agrícola”, afirma la investigadora.

Luz natural, más productividad
El aprovechamiento de este recurso también  ofrece ventajas en la actividad humana que inciden en la productividad de los empleados en entornos laborales, debido a que contribuye a maximizar el desempeño visual gracias a su intensidad y la variabilidad del contenido de su espectro.

Esto sucede porque el uso de la luz natural sobre la artificial ayuda a sincronizar mejor el ritmo del sistema circadiano en el cuerpo humano, el cual regula los ciclos de sueño y vigilia a través de las fases de luz-oscuridad. Por ello, se ha demostrado que las condiciones de iluminación, en general, tienen un efecto en el cuerpo humano.

A su vez, disminuir los consumos de energía y aprovechar mejor las fuentes renovables es un tema que ha tenido una relevancia importante como parte de los objetivos mundiales para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas. Este llamado universal establece las medidas que se deben adoptar para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.

Para garantizar el acceso universal a electricidad asequible para 2030 es necesario invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal. La adopción de estándares eficaces en función del costo en una variedad de tecnologías también podría reducir 14 por ciento el consumo mundial de electricidad de los edificios. Si bien el desarrollo de tecnologías que funcionen a partir de fuentes renovables es primordial, el mayor aprovechamiento de la iluminación natural figura como uno de los caminos para cumplir con las metas internacionales.

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