El diseño biofílico toma especial relevancia, como complemento primordial a los esfuerzos que se han impulsado en materia de arquitectura sustentable

 

Gerardo Goyeneche
@goyeneche76
Es arquitecto por la IBERO, cofundador de SAGO Arquitectos. Académico de vocación y activista ambiental por convicción. Miembro de ILFI, SUMe y TCRP.

 

 

Desde hace algunos años la arquitectura sustentable se ha enfrentado a un nuevo paradigma: la aplicación de ecotecnologías y la búsqueda de mayor eficiencia energética en los sistemas de construcción que, sin embargo, no han logrado ir a la velocidad de la crisis ambiental global. Esto nos obliga a replantear los modelos que imperan en el desarrollo de nuestros edificios y pasar de una edificación verde a un verdadero diseño regenerativo, de una arquitectura que dañe menos, a una que regenere el entorno donde se inserta.

Dentro de esta perspectiva, uno de los principales factores a considerar es cómo lograr la reconexión del ser humano con la naturaleza, a sabiendas que todo esfuerzo tecnológico, de aprovechamiento de recursos y de innovación está supeditado a que el usuario pueda entender, valorar y preservar al medioambiente y sus diversas interacciones con el ser humano, como el elemento más importante de todo proyecto.

Es en esta visión que hoy el diseño biofílico toma especial relevancia, como complemento primordial a los esfuerzos que desde hace ya tiempo se han impulsado en materia de arquitectura sustentable. Uno de sus principales promotores fue Stephen R. Kellert, catedrático de la Universidad de Yale, quien basado en estudios de biofilia (entendida como la afinidad inherente del ser humano para relacionarse con sistemas y procesos naturales) planteó una metodología que pudiera valerse de esta relación para transformar el mundo del diseño y el medio construido. Para esto, considera seis categorías de elementos a utilizar: aspectos ambientales, luz y espacio, formas naturales, relaciones con el sitio, procesos y patrones naturales, así como la relación ser humano-naturaleza.

Se ha demostrado que la aplicación de estas técnicas a diversas tipologías de edificios arroja beneficios notables para sus habitantes, desde su desempeño en espacios de oficina, hasta aprovechamiento en procesos de aprendizaje en escuelas, o recuperación más rápida y efectiva de pacientes en hospitales construidos bajo estos principios. Es por esto que diversos mecanismos de certificación sustentable como el LBC o LEED, se han valido del diseño biofílico como principal herramienta para desarrollar estándares de diseño sustentable.

El diseño biofílico es hoy una herramienta que nos permite entender la necesidad de diseñar edificios y ciudades más sensibles al momento que vivimos, además de acercar a los usuarios a mejores espacios y experiencias de habitabilidad. *

* Para más información sobre diseño biofílico consulte: living-future.org/biophilic-design/

 

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