Es un hecho curioso que la sustentabilidad esté de moda. Desde su nacimiento, la disciplina encargada del diseño consideraba los aspectos más elementales y naturales que están en nuestro entorno. La arquitectura aprovechaba lo dado por la naturaleza.

Históricamente, los eventos económicos o sociales han marcado los diferentes pasos del quehacer arquitectónico, como la revolución industrial, cuando comienza el cambio tecnológico tan importante que se dio en los materiales de construcción, la revolución de la estructura metálica, el vidrio, los descubrimientos y las necesidades que llevaron a la humanidad a hacerse de esas herramientas.

En este camino, una de las mejores herramientas para trabajar (gratuita) es la luz natural; depende de cómo la manejemos o controlemos, es una manera de dosificar este componente. Las pieles que visten los edificios son como la vestimenta que el hombre utiliza en función del estado del tiempo.

Cuando hablamos de confort en el interior de un espacio, en el mayor de los casos hacemos referencia al calor y frío, pero el confort es una vastedad de otros aspectos: existe el confort psicofisiológico, el cual está integrado por la luz, los colores, etcétera.

El vidrio no es un material secundario que debe ser visto como simple elemento divisorio entre el exterior y el interior, sino como un componente  integral. Como si fuera un órgano humano, como la piel; lo mismo debe de tomarse en cuenta cuando tratamos con un edificio.

De ser un elemento pasivo, la piel de vidrio pasa a la parte activa del edificio, y cada vez asume más funciones técnicas, como ventilación, temperatura, iluminación, etcétera. Este manejo de los materiales nos está ayudando a crear una constante evolutiva en la arquitectura. Tenemos una cantidad de información y de estudios que revelan cómo los vidrios nos pueden ayudar a realizar trabajos que ni siquiera pensamos que eran posibles, y cómo crear ese diálogo con el exterior, controlando los excesos de las fuerzas naturales y teniendo un espacio confortable.

Así que para ser sustentables hace falta regresar a las bases que dieron sentido a la arquitectura y aprovechar lo que la naturaleza provee.

José Picciotto
Director de Picciotto Arquitectos

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