La integración cada vez más extendida del IoT en la edificación sustentable está cambiando la forma en que concebimos y habitamos los espacios. Y también cómo los iluminamos, lo que contribuye a mejorar la operación, el rendimiento y la eficiencia energética de los inmuebles
Pedro Martin Colea
Fotografía superior. El área de facility management se encarga de asegurar, administrar y mejorar el funcionamiento del inmueble y sus servicios mediante la integración de personas, espacios, procesos y tecnologías de punta, como el Internet de las Cosas
A medida que las ciudades se expanden, los desafíos ambientales, económicos y sociales crecen con ellas. El ritmo de la urbanización, además, se está acelerando. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un 54 por ciento de la población del mundo vive actualmente en metrópolis y se espera que el indicador llegue a 68 por ciento para el 2050. Tokio, por ejemplo, es la capital más poblada, con 37 millones de habitantes.
Es deseable que dicho porcentaje de personas esté rodeado por sistemas y edificios inteligentes, sin duda una de las principales tendencias arquitectónicas emergentes del siglo XXI.
La consultora Mind Commerce, en su informe Visión estratégica de las viviendas y edificios inteligentes en el horizonte 2030, señala que el sector de viviendas y edificios inteligentes experimentará un crecimiento promedio anual cercano al 30 por ciento en los próximos años. Los grandes avances de la actualidad permiten que en el levantamiento de estas obras no sólo participen arquitectos, sino también ingenieros de telecomunicaciones y otros profesionales capaces de dar vida a grandes estructuras.
En el caso de los edificios empresariales inteligentes, una vez habilitados y en función, el área de facility management se encarga de asegurar, administrar y mejorar el funcionamiento del inmueble y sus servicios, mediante la integración de personas, espacios, los procesos y las tecnologías propias del mismo. La normativa europea EN 1221/1 define a esta actividad como la “gestión de inmuebles y servicios de soporte”.
Luego, al usar la tecnología IoT como habilitador clave para facilitar y mejorar la calidad de vida de los ocupantes, se optimiza el rendimiento de diferentes demandas: uso de la energía, conectividad, seguridad, entre otras.
Para ayudar al facility manager en el cumplimiento de sus deberes, existe un sistema fundamental cuya óptima gestión se ve reflejada en la productividad y bienestar laboral: la iluminación.
Hoy en día, existen plataformas de iluminación conectada a través del IoT. Estos softwares mejoran el rendimiento de los empleados y maximizan la eficiencia energética de las oficinas, a partir de una moderna arquitectura de sistemas que proveen información útil a los colaboradores; por ejemplo: qué salas de reuniones y espacios de trabajo están disponibles, o la personalización de la luz artificial.
Dichas funciones contribuyen a que las empresas tengan la posibilidad de recolectar datos sobre la ocupación real de sus espacios, y así determinar dónde y cómo prefieren trabajar sus empleados; además de eficientar sus labores y el uso de energía.
Estos sistemas se han instalado con éxito en edificios emblemáticos de Europa, Asia y América, incluyendo la sede de Cisco en el complejo WaterPark Place en Toronto, Canadá, y las oficinas de Deloitte, en el icónico edificio multiusos The Edge en Ámsterdam, Holanda. Este corporativo cuenta con casi 6 mil 500 luminarias, que forman un “techo digital” en los 15 pisos del inmueble. Casi el 50 por ciento de ellas están conectadas a sistemas inteligentes de iluminación que capturan, comparten y distribuyen la información a través de los puntos de luz conectados.
Además de brindar una iluminación de vanguardia, este tipo de plataformas ofrecen a las empresas y tomadores de decisiones, incluido el facility manager, un sinfín de beneficios que trascienden al espectro de la iluminación, entre los cuales destacan: gestionar los nuevos y ya existentes activos de iluminación; detectar fallas en el servicio o luminarias; optimizar el rendimiento del alumbrado, medir con mayor precisión el uso de energía en tiempo real y reducir las emisiones de dióxido de carbono.
También es posible pasar de encender o apagar la luz a la capacidad de adaptar el entorno luminoso de la oficina mediante funciones de administración de escenas, con la iluminación led conectada. Esto permite configurar programas de alumbrado o regulación que favorecen al bienestar de los empleados, con una personalización de la luz individual a través de una aplicación para dispositivos móviles. De este modo, se pueden seleccionar distintas opciones en función de las necesidades de cada actividad, por ejemplo, ajustar la intensidad lumínica para la concentración e incentivar la creatividad en reuniones de intercambio de ideas.
Todo esto es posible de forma remota, pues la ubicación física ya no es un factor determinante para la gestión, sino que toda la información se comparte mediante la nube y se maneja desde un dispositivo móvil. De esta forma, algo tan habitual como la iluminación hace que la vida de las personas sea más segura y cómoda; que las ciudades sean más eficientes energéticamente, productivas y viables; y que el mundo sea más sostenible.
Bajo la tendencia de edificios inteligentes, se buscan las mejores soluciones que se adapten y funcionen con otros sistemas y con el factor humano, pues las personas pasarán gran parte de su vida dentro de ellos. El facility management, pues, será indispensable para moldear la vida empresarial en un mundo donde la tecnología y las personas converjan día a día.
Pedro Martin Colea
Ingeniero industrial y de sistemas por el Tecnológico de Monterrey. Cuenta con una maestría en Gestión de Energía y tiene más de 25 años de experiencia en el desarrollo de negocios. Actualmente, es director general de Signify México.