ASG, el camino hacia la sustentabilidad
Esta sigla da forma a una filosofía y, sobre todo, a una responsabilidad compartida. Si bien su origen se ubica en la década de los sesenta del siglo XX, en la actualidad se ha convertido en un elemento indispensable para garantizar inversiones éticas y limpias, promoviendo transformaciones sociales sanas. De su observancia y aplicación depende, además, una vida más sostenible en el planeta.
Me refiero —seguramente ya lo adivinaron— a la sigla que sintetiza los criterios ASG (ESG en inglés). El factor Ambiental (A) se refiere al impacto de las actividades de las empresas en el medio ambiente. El aspecto Social (S) mide la influencia que tienen las empresas en la comunidad. Y el factor Gobernanza (G) abarca el conjunto de políticas y lineamientos que dan forma a una empresa como la composición y diversidad de su consejo de administración, así como sus códigos de ética y la transparencia de sus actividades.
El campo de acción de los principios ASG es amplio. Como si se tratara de un iceberg en medio del océano, lo que alcanzamos a ver no es la totalidad de sus áreas de aplicación ni las oportunidades que ofrece. Tampoco de los retos que implican su cumplimiento.
Por sus alcances globales, la aplicación de estos criterios fomenta un ambiente de negocios más sano y equilibrado. Los criterios ASG, además, tienen una serie de objetivos en común como los contenidos en el Acuerdo de París del 2015, en el que se incluyen temas como el cambio climático, derechos laborales y políticas de diversidad, entre otros.
Los criterios ASG y el real estate
No obstante, en la industria del real estate aún suele pensarse —de forma errónea— que los criterios ASG no se relacionan mucho con lo que hacemos, olvidando que en el acuerdo parisino también se habla de inversión inmobiliaria responsable.
El concepto, por fortuna, va cobrando forma y sentido conforme pasa el tiempo. Si analizamos la cadena de valor asociada a nuestra actividad comprenderemos que, en el futuro inmediato, para acceder a mecanismos de financiación, será indispensable cumplir con una serie de requisitos, como los certificados de consumo energético.
Asimismo, el valor de nuestros activos aumentará cada vez que participemos en proyectos que desde su concepción se propongan reducir la huella de carbono y disminuyan su impacto en el medio ambiente.
Trabajar a partir de los criterios ASG representa una gran oportunidad para la industria de la edificación inteligente: la de observar desde una toma panorámica toda nuestra actividad, lo que nos permitirá comprender todas las implicaciones y responsabilidades para construir una mejor sociedad en un mundo más incluyente y mejor para la humanidad.