Desde el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa, pasando por la construcción de ciudades ecológicas, hasta parques solares con gran infraestructura, este país árabe pretende que 70 por ciento de su energía provenga de fuentes limpias para 2050

Por Elva Mendoza

Foto superior: Con 828 metros de altura, el Burj Khalifa es el edificio más alto del mundo

Edificada en medio del desierto de Arabia, en la costa del golfo Pérsico, Dubái, uno de los siete emiratos que conforman los Emiratos Árabes Unidos, polo financiero e inmobiliario en Medio Oriente, busca desde hace algunos años dar un giro, a fin de reducir su huella ecológica.

Con una economía basada en el comercio y el turismo, sus habitantes utilizan el doble de cantidad de agua que la media global, unos 550 litros al día; producen 2.5 kilos de basura diarios, mientras que la energía que requiere la urbe es obtenida, en su mayoría, por turbinas a gas y combustibles fósiles.

El gobierno, entonces, se fijó como meta reducir su dependencia del petróleo y aumentar las inversiones en fuentes renovables y transporte sostenible. Dubái pretende que, para 2050, 75 por ciento de la energía que necesita provenga de fuentes limpias.

Saeed Al Abbar, presidente del Consejo de Edificios Verdes de los Emiratos

Saeed Al Abbar, presidente del Consejo de Edificios Verdes de los Emiratos, comentó a la BBC que “la toma de consciencia sobre asuntos de sostenibilidad ha aumentado durante los últimos años”.

Un paso que ya dio el gobierno fue asegurar que todos los edificios públicos y privados se construyan acorde a un nuevo conjunto de normas introducidas en 2014. “Más de 800 edificios han cumplido con las regulaciones en el diseño”, dijo el presidente.

Dubái alberga inmuebles y obras de infraestructura monumentales, como los hoteles de lujo Burj Al Arab y Burj Khalifa, el más alto del mundo, con 828 metros de altura; los puertos de Mina Rashid y Jebel Ali, y el conjunto habitacional de islas artificiales The Palm Islands y The World, con forma de palmera y de mapamundi, respectivamente.

En medio de la búsqueda por la sustentabilidad, proliferan los proyectos inmobiliarios como el edificio The Change Iniciative (TCI), que ofrece 26 estrategias respetuosas con el medioambiente, incluyendo paneles solares, pintura reflectante, sistemas de reutilización de agua y materiales reciclados. Sus paneles solares suministran 40 por ciento de las necesidades energéticas del edificio.

Esta construcción fue galardonada con 107 de los 110 puntos máximos que entrega la certificación Leadership in Energy & Environmental Design (LEED, por sus siglas en inglés), lo que la convierte en el edificio más sostenible en el mundo. La tienda de 4 mil metros cuadrados recibió la calificación LEED Platino, la puntuación más alta alcanzada por un inmueble, superando el récord anterior de 105 unidades.

Mientras que el Dubai Electricity and Water Authority‘s, a su vez, es el edificio gubernamental más grande del mundo, que logró 98 de 110 puntos posibles.

Una urbe ecológica
Otro proyecto es The Sustainable City, una ciudad ecológica de 46 hectáreas que se terminará en 2019. Ubicada a unos 30 kilómetros de Dubái, se planificó en dos etapas. La primera fue inaugurada en 2015, con 89 torres de apartamentos, 500 villas y 11 invernaderos. Además, cuenta con unos 10 mil metros cuadrados de granjas urbanas al aire libre.

Las casas están equipadas con techos y calentadores solares, sistemas HVAC inteligentes de alta eficiencia con control de humedad e iluminación led; grifería, accesorios y electrodomésticos  eficientes que reducen el consumo de agua en 40 por ciento y reciclan 100 por ciento de los líquidos residuales al usar redes de drenaje de aguas grises y negras separadas, junto con la depuración de las primeras para el riego comunitario.

En esta urbe ecológica están prohibidos los vehículos movidos por combustibles fósiles. Los habitantes pueden usar el transporte público gratuito, conformado por una red de autobuses eléctricos. Cada residente, además, recibe gratis un carrito de golf eléctrico para transportarse dentro del complejo, así como una subvención adicional de unos 10 mil dólares reservada a la compra de un vehículo siempre y cuando utilice electricidad como fuente de energía.

Para 2019, se planea que la ciudad cuente con un parque de 30 metros cuadrados con 2 mil 500 árboles, los cuales disminuirán la contaminación además de dos lagos artificiales. En ese año también estará listo un hotel ecológico y un centro de investigación que desarrollará soluciones verdes.

Otros proyectos son una escuela, una mezquita, un museo, piscinas comunitarias, gimnasios, un centro comercial e instalaciones ecuestres con 32 establos.

Con una altura de 321 metros, el lujoso Burj Al Arab es el único hotel del mundo con siete estrellas

Promoviendo el uso de energía limpia
Dubái construye también un parque solar de 16 kilómetros en el área desértica de Seih Al Dahal, a 70 kilómetros de la ciudad.

Durante el primer trimestre de 2018, el vicepresidente de Emiratos Árabes Unidos y gobernador de Dubai, el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktoum, dio luz verde a la construcción de la tercera fase del que será el mayor complejo solar del planeta una vez terminado: el Parque Solar Mohamed Bin Rashid Al Maktoum. Este proyecto contará con una torre de 274 metros, la más alta del mundo, y se prevé proporcionar energía limpia a 270 mil hogares. El objetivo es producir 1 mil megavatios (MW) en 2020 y 5 mil MW para 2030.

La primera fase del parque entró en funcionamiento en 2013, con 13 MW. Ahora tiene una capacidad de 200 MW, después de la segunda fase.

La Autoridad de Electricidad y Agua de Dubái (DEWA) adjudicó la tercera fase, por 14 mil 200 millones a un consorcio que incluye a ACWA Power (Arabia Saudí), y a Shanghai Electric (China). Ambas compañías ganaron el contrato con una oferta de 0.73 dólares por kilovatio-hora.

La cuarta fase del parque ayudará a reducir alrededor de 1.4 millones de toneladas de emisiones de carbono al año. El proyecto forma parte de la Estrategia de Energía Limpia con la que Dubái pretende obtener siete por ciento de su producción de energía total a partir de fuentes limpias para 2020, 25 por ciento en 2030 y 75 por ciento para 2050.

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