Great Place to Work (GPTW), empresa global de análisis y consultoría y el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE Business School), desarrollaron el estudio Liderazgo Complementario, más allá de la equidad de género.

Los resultados del estudio fueron presentados por Antonio Ono, vicepresidente de Innovación y Análisis; Rosalba Esparza, especialista en datos, por parte de GPTW México y Eugenio Gómez Alatorre, director del CIMAD. Las presentaciones se dieron en el marco de un desayuno con medios de comunicación en las instalaciones del IPADE Bussines School en la Ciudad de México.

Antonio Ono comentó que “la complementariedad de personas de diferente género, edad, origen, forma de pensar, contribuye a una mayor comprensión de cualquier reto y, por lo tanto, la búsqueda de soluciones se vuelve más rica en ideas”.

Algunos de los hallazgos en el estudio son:

  • Se identificaron las principales características de las organizaciones con 50 % o más de mujeres en posiciones de liderazgo y se trabajó con una base de 315 organizaciones rankeadas por GPTW México.
  • Las organizaciones con liderazgo complementario (50 % mujeres y 50 % hombres) presentan mejores resultados en su ambiente laboral por encima del promedio, con base en el indicador de confianza de Trust Index de GPTW.
  • La participación de las mujeres en posiciones de liderazgo sigue siendo baja en sectores como manufactura. Solo 4 de cada 10 organizaciones pertenecen a este sector. Mientras que las organizaciones con muy alta presencia de mujeres en posiciones de liderazgo se encuentran principalmente en el sector de servicios profesionales.
  • En las organizaciones con liderazgo complementario, la diferencia significativa se da en las dimensiones de Credibilidad, Respeto e Imparcialidad, así como en indicadores de competencias culturales como desarrollo de talento, agradecimiento al trabajo y esfuerzo extra y cuidado hacia las personas.
  • La ausencia de favoritismo es la variable con mayor diferencia entre los grupos de muy alta y muy baja presencia de mujeres, es decir, en las organizaciones con liderazgo complementario los colaboradores perciben una cultura con bajo favoritismo.

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