Retomamos la intención de esta nueva entrega de su columna editorial “Edificación Sustentable y más” para compartir y discurrir temas de vanguardia. Por ello, y toda vez expuesta en el número pasado la relevancia de la materialidad y de los beneficios intangibles de la sustentabilidad en el entorno construido, procederemos a desdoblar la trascendencia del concepto de monetización.
Los factores intangibles son particularmente relevantes en la valuación de activos y cuantificación de riesgos en bienes inmuebles. Metodologías como el mapa de materialidad, elaborado por el Sustainability Accounting Standards Board (SASB) representan una excelente estructura de referencia para identificar los elementos a considerar para la tasación de intangibles sustentables en un desarrollo inmobiliario.
Ahora bien, ya identificados y materializados los elementos sustentables (medio ambiente, capitales social y humano, modelo de negocio y gobernanza, entre otros), debemos proceder con su cuantificación monetaria. Para el efecto, sugiero consultar a profundidad las siguientes fuentes y esquemas: 1) Método de Contribución Total, por Crown Estate, 2) Herramienta Utilidad y Pérdida Ambiental (EP&L), por Kering, 3) Método de Valor Real, por KPMG, 4) Método de Medición y Gestión de Impacto Total (TIMM) por PwC.
Es necesario considerar que estas valoraciones económicas se realizarán desde la perspectiva de un ciclo de vida para las edificaciones en estudio. Les anticipo, no, más bien les garantizo mucho aprendizaje, descubrimientos y gratas sorpresas durante el perfeccionamiento de estos ejercicios de tasación, que son aplicables a las actividades Ambientales, Sociales y de Gobernanza (Environmental, Social & Governance, ESG) para una organización, algún activo en particular o un portafolio inmobiliario entero.
Se concluye, pues, que reconsiderar estos nuevos importes económicos –resultantes de la materialidad y de la monetización de las actuaciones sustentables en nuestra organización y proyectos inmobiliarios– es ahora una tarea imprescindible en nuestra contabilidad y proyecciones financieras.
Pero, mucha atención aquí: ¿cómo incorporar debidamente nuestras flamantes valuaciones sustentables en una contabilidad sustentable? No es aritmética simple. Esto lo comentaremos a mayor detalle en nuestra próxima columna.
Entretanto, repasemos de nuevo los documentos que emergen de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI), como marco de acción para el cumplimiento de las metas de bajo carbono para el sector del real estate.
Nos encontramos en un punto de inflexión en el que propietarios, inversionistas y grupos de interés debemos reconocer una responsabilidad fiduciaria para entender y practicar tareas ESG y de riesgos relativos al cambio climático como un componente rutinario en nuestro pensamiento y prácticas de negocio.