Los edificios y el sector de la construcción representan más del 35 % del consumo energético global, así como el 38 % de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía, reveló el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. ¿La arquitectura sostenible es una alternativa?
La sostenibilidad es una palabra que pareciera que está de moda y que se ha infiltrado en muchas industrias. Dado que la construcción es un contribuyente importante en el consumo de energía global, no es de extrañar que la arquitectura sostenible se haya convertido en la inquietud principal en la forma en que se construyen los edificios y las ciudades.
Hoy, los arquitectos tienen el desafío no sólo de crear un diseño que sobresalga en forma y función, sino también que proponga soluciones integradas que consideren los factores ambientales.
La Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo define la sostenibilidad como un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias.
Cuando se aplica este complejo concepto a la arquitectura se hace referencia al diseño que procura entornos de vida saludables, mientras se tratan de minimizar los impactos ambientales negativos, el consumo de energía y el uso de recursos humanos.
La arquitectura sostenible se refleja en los materiales, los métodos de edificación y el uso de recursos, así como en el “reciclaje de edificios”. El diseño también debe facilitar el funcionamiento sostenible durante el ciclo de vida del inmueble, incluida su disposición final. Si bien tiene que ser funcional y estéticamente superior, el espacio debe construirse con la mentalidad de lograr eficiencia energética y de recursos a largo plazo. Cuando hablamos de “reciclaje de edificios” entendemos que el reto consiste en cómo convertimos un edificio a un nuevo uso de forma sustentable, en lugar de agredir al medio ambiente construyendo uno nuevo.
Esto podemos ligarlo a la situación que vivimos como consecuencia de la pandemia. Ante la falta de demanda de espacios de oficinas, muchos edificios presentan una oportunidad única para transformarlos y, alineándose con un nuevo uso de suelo, darles una utilidad diferente, modernizarlos y provocar una demanda distinta que permita que en lugar de construir más y nuevos inmuebles, podamos seguir obteniendo rentabilidad de una inversión ya construida.
La arquitectura verde o ambiental desafía a los arquitectos a producir diseños inteligentes y utilizar tecnologías disponibles para garantizar que las estructuras generen la menor cantidad de efectos dañinos para el ecosistema y las comunidades.
El diseño de la forma y la apariencia de una edificación ya no se pueden llevar a cabo de forma aislada. Ahora es necesario establecer un delicado equilibrio entre la forma, la función y las interacciones del edificio con el entorno que lo rodea para que se considere un desarrollo sostenible.
Así es como trabajan algunas arquitectas que han centrado su profesión en implementan técnicas y modelados sostenibles, ya sea en edificios nuevos o antiguos, que a la postre ofrecen beneficios ambientales, económicos y sociales. Menciono aquí algunos ejemplos notables.
La arquitecta Amale Andraos está comprometida social y ambientalmente. Ella se opone a las distinciones entre práctica profesional, investigación, análisis y publicaciones. La arquitecta forma parte del directorio de The Architectural League of New York. Junto a Dan Wood fundó Work Architecture Company, un estudio con un compromiso ético, estético, que coloca a la arquitectura en la intersección entre lo urbano, lo rural y lo natural. En su despacho se trabaja en función de reducir o eliminar las dicotomías campo–ciudad, desarrollando espacios urbanos definidos entre estos opuestos.
En el caso de la arquitecta alemana su compromiso con el medio ambiente contempla la incorporación de materiales como barro y bambú en sus proyectos, así como elementos constructivos autóctonos. Mientras que para la estadounidense Kimberly Dowdell, la arquitectura es una herramienta para revitalizar ciudades.
Así, es evidente que la sinergia entre el diseño y la gestión sostenible de los recursos naturales es uno de los temas cruciales para comprender el presente y futuro de la arquitectura, el urbanismo y la construcción. En todos estos ámbitos las mujeres también están pisando fuerte como líderes en pensamiento creativo y disruptivo.