Construir una carretera no es sólo movimiento de tierra, puentes, túneles, concreto, asfalto y colocación de señales; es abrir una puerta al futuro y una esperanza para muchas comunidades de alcanzar una mejor forma de vida

Por: Juan José Orozco y Orozco, Fotografía: ORVA ingeniería

Viajar por carretera puede tener mucho de poesía, el encanto del paisaje, la posibilidad de visitar diferentes pueblos. El solo hecho de manejar es ya un goce introspectivo. Lo más probable es que muy pocos nos hemos detenido a pensar en los innumerables elementos que hay detrás de la construcción de una vía, muchos de estos son técnicos, otros no, pero la mayoría tiene un impacto inimaginable para las sociedades que a partir de una carretera modifican su condición.

Las carreteras son hechas primordialmente para la gente, aunque muchas veces los que las diseñan y construyen se olvidan de esto. Se llevan a cabo estudios de geotecnia, de topografía, de impacto ambiental pero pocos se enfocan en realizar estudios de impacto social como sucede con otros proyectos de infraestructura. En estos análisis se identifica claramente qué comunidades se encuentran en la trayectoria, qué tipo de problemática existe, qué percepción tienen respecto a este tipo de obras y cuál es la situación entre las mismas comunidades.

Estos procesos de gestión del derecho de vía deberían ser acompañados por un experto con el perfil de un antropólogo social, es decir, un sociólogo o especialista en temas sociales, alguien empático que tome en cuenta a la comunidad con la capacidad de socializar el proyecto, de convencer de las bondades que tiene, de emprender un proceso de diálogo que genere confianza y haga saber a los dueños de la tierra que, además de recibir un pago, obtendrá beneficios en el largo plazo asociados al impacto positivo de contar con una infraestructura de este tipo.

Construir una carretera es un esfuerzo de largo plazo que puede durar dos o tres años. Durante el proceso se van madurando y alineando todos los elementos. Es un arte en el que están implicados muchos actores, entre ellos, autoridades comunales, particulares y autoridades de diferentes órdenes de gobierno, se requiere de la suma de voluntades y de un esfuerzo enfocado en un propósito común. El éxito de todo esto depende de la confianza que se logre construir entre todos los involucrados.
——-

TRES DÉCADAS CONECTANDO A MÉXICO
Con 35 años de experiencia, Orva Ingeniería ha participado en más de 500 contratos, principalmente en las especialidades de carreteras, obras hidráulicas, mecánica de suelos y edificación; en los rubros de estudios, proyectos, supervisión y asesorías especializadas.

Algunos de los principales proyectos en los que ha participado son la supervisión del Libramiento Sur de Guadalajara de 111 kilómetros (km) de cuatro carriles para evitar el paso por la ciudad de Guadalajara, y la supervisión de la autopista Barranca Larga-Ventanilla en el estado de Oaxaca, con una longitud de 104 km y dos carriles de circulación que reducirá a 2.5 horas el viaje entre la ciudad de Oaxaca y la costa. Asimismo, recién realizó la solución conceptual y el proyecto ejecutivo para la modernización del Entronque Acatlán de la autopista Guadalajara-Colima en el estado de Jalisco, que resolvió un problema que se agudizó en los últimos años con el incremento del tráfico vehicular que provocaba largas filas en un cruce que se volvió una zona de riesgo alto de accidentes.
——-

Juan José Orozco y Orozco
Director general de ORVA Ingeniería. Cuenta con más de 30 años de experiencia en ingeniería de vías terrestres. Actualmente es representante de México en el Comité TC 1.2 de “Planificación de la infraestructura vial y del transporte para el desarrollo económico y social” de la Asociación Mundial de Carreteras (AIPCR/PIARC).

About The Author

Related Posts

shares