Más de tres décadas de compromiso vital e irrestricto con la arquitectura han labrado el prestigio internacional de Enrique Norten, quien como pocos arquitectos puede presumir el haber desarrollado un estilo único e inconfundible, reflejado en decenas de edificios construidos en México, Estados Unidos, Asia y Europa

Por: Paola Guevara, Fotografía: Sarah Gore-Reeves

El 27 de febrero de 1954, la Ciudad de México vio nacer a uno de los arquitectos más influyentes y renombrados de los últimos 40 años: Enrique Norten. Si bien el descubrimiento de su vocación se dio a contracorriente del entorno familiar y académico, la calidad de su obra habla por sí sola y se ha convertido en un referente de la arquitectura mexicana contemporánea en el mundo.

Norten estudió Arquitectura en la Universidad Iberoamericana; posteriormente, realizó una maestría en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. En 1986 fundó el despacho TEN Arquitectos, dando comienzo a un compromiso irrestricto con esta disciplina, su “motor más importante en la vida”.

El trabajo de la firma pronto traspasó fronteras y logró el reconocimiento internacional. Para 2003, abrió una segunda oficina en Nueva York y, más tarde, una tercera en Miami. La visión arquitectónica de Enrique Norten ha sido plasmada en Los límites de la forma (Arquine, 2012), un libro monográfico que da cuenta del estilo, evolución y legado de TEN Arquitectos.

Su amplia trayectoria fue reconocida en 2018, cuando le fue otorgada la Medalla Bellas Artes de Arquitectura, la máxima distinción que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes en México.

A la fecha, Enrique Norten ostenta más de 80 edificios construidos en México, Estados Unidos, Asia y Europa. Sus proyectos son de diversa escala y tipología, lo que incluye el diseño de inmuebles comerciales y de usos mixtos, residencias y viviendas unifamiliares, museos, inmuebles públicos y culturales, así como proyectos de paisajismo y planes urbanos maestros, entre otros.

Highlights de una trayectoria plagada de obras icónicas: la Escuela Nacional de Arte Teatral en el Centro Nacional de las Artes, el edificio de usos múltiples y servicios de Televisa Chapultepec y el Hotel Habita en la Ciudad de México; el Glenn Research Center de la NASA en Cleveland, y el edificio de usos mixtos Mercedes House en Nueva York, EUA; el Monumento Emblemático al 150 Aniversario de la Batalla de Puebla y la remodelación del Museo Amparo en esa misma ciudad, por mencionar algunos ejemplos.

A la par de su incesante labor profesional, también ha sido profesor de las universidades estadounidenses de Yale, UCLA, Cornell, Pratt Institute, Parsons y Harvard desde 1998. Actualmente es titular de la cátedra Miller en la Universidad de Pennsylvania, en Filadelfia.

Norten compartió con Smart Building algunas de sus reflexiones acerca del diseño y oficio arquitectónicos, el estilo de TEN Arquitectos, su concepción de la edificación inteligente y sustentable, así como el modo en que ha evolucionado su concepción de la arquitectura.

La arquitectura es probablemente el motor más importante de mi vida. Es una satisfacción enorme, primero, servir a mi comunidad, después, poder pensar y transformar el mundo en el que vivimos, dar a esos lugares forma, luz y espacio”: Enrique Norten

Smart Building (SB): ¿Cómo fue su primer contacto con la arquitectura?
Enrique Norten (EN): A diferencia de muchos colegas, mi interés no fue una cosa orgánica, tampoco fue algo que supiera de antemano, como esa típica historia de que “desde niño sabía que iba a ser arquitecto”. Me costó mucho trabajo llegar a la arquitectura. Mi familia, mi escuela, el entorno en el que crecí era un medio que no apreciaba de manera especial los aspectos creativos o constructivos de las disciplinas de nuestras comunidades. En mi familia no existe algún precedente de alguien que se dedicara a las artes. Soy un hijo de inmigrantes que llegaron a México sin nada, mis padres tuvieron que rehacer su vida, y evidentemente no la hicieron a través de las artes ni caminaron por ese rumbo. Lo mismo pasó en las escuelas a las que fui de niño, fueron estupendas, pero ninguna encaminada a esta vocación. Tengo amigos de la secundaria y preparatoria que son grandes abogados e ingenieros, porque esas eran las disciplinas más destacadas de ese entonces. Salí de la preparatoria, pero no fui directo a la escuela de arquitectura, sino que poco a poco fui entrando al mundo del diseño. En esa época comencé a estudiar troncos comunes de disciplinas que se relacionaban con la arquitectura, sin estar seguro de lo que quería, y así fue como descubrí mi vocación. Cuando hice mis primeros exámenes de admisión para la carrera de arquitectura me rechazaron, por no saber dibujar ni contar con ningún precedente. Tuve que buscar otros caminos que me permitieran incursionar en la carrera que, ahora sí, ya quería estudiar.

SB: ¿Qué es la arquitectura para Enrique Norten?
EN: La arquitectura es probablemente el motor más importante de mi vida. Es una satisfacción enorme, primero, servir a mi comunidad, después, poder pensar y ayudar en transformar el mundo en el que vivimos, dar a esos lugares forma, luz y espacio. Desde diseñar un objeto hasta realizar grandes cambios en las ciudades, para mí eso es la arquitectura.

SB: ¿Qué fue lo primero que hizo al terminar la carrera?
EN: Mientras cursaba mis estudios había trabajado en diferentes despachos que me dieron oportunidad de colaborar con ellos. Cuando terminé la licenciatura de Arquitectura me fui al extranjero a realizar una maestría, en esa época era difícil y poco común salir del país para hacer un posgrado. Durante mi estadía lejos del país conocí y trabajé con un compañero, regresamos a la Ciudad de México y creamos el primer despacho que tuve, que duró poco tiempo, pues mi colega decidió no vivir acá, se dedicó a otras cosas y prácticamente me quedé con un equipo reducido.

SB: ¿Cómo nace TEN Arquitectos?
EN: Nace con muchas ganas e ilusiones de realizar proyectos. TEN Arquitectos es una abreviación de Taller de Enrique Norten Arquitectos, y comienza como todos los despachos, con oportunidades pequeñas pero grandes deseos. Lo fundé en 1986, hace más de treinta años.

SB: ¿Cuál es el estilo de TEN Arquitectos?
EN: Como en todas las disciplinas creativas, y luego de tres décadas de hacer arquitectura, hemos desarrollado un lenguaje. Cuando uno es joven va tomando prestados estilos de muchas personas y lugares. Al inicio no tenemos tanta información, pero sí una gran permeabilidad. Poco a poco se va decantando un lenguaje propio, y justo eso es el estilo que la gente distingue. Hoy en día, probablemente, hay gente que quiere ser parte de mi discurso arquitectónico. En este sentido, hay muchas formas de hacer arquitectura, la distinción de materiales, los sistemas constructivos, condiciones de luz, de espacios y de geometrías. Cada uno de nosotros lo hacemos diferente, con un lenguaje propio, una historia personal y cultural distinta. No depende de una condición única.

SB: ¿Cómo se toma la decisión de abrir una oficina de TEN Arquitectos en Nueva York?
EN: Siempre he considerado que Nueva York es la capital del mundo occidental. La ubicación me da la oportunidad y capacidad de estar en el mismo continente y poder desplazarme fácilmente entre oficinas y repartir mi tiempo. Además, era necesario tener una práctica global. En ese entonces, hace 20 años, en México no había las oportunidades ni condiciones necesarias para trabajar globalmente, ahora las cosas han cambiado mucho y para bien. Tengo muchos colegas que están trabajando desde México para todo el mundo. En nuestro caso hemos reducido nuestra presencia en Nueva York para ampliar nuestro compromiso con el país. También tenemos oficinas en Miami, esto quiere decir que actualmente contamos con más de 60 colaboradores en la firma.

SB ¿Cuál es la visión de TEN Arquitectos para las edificaciones del futuro?
EN: No se si haya edificios del futuro, de lo que sí estoy seguro es que todo está cambiando. Al final, la arquitectura es un saber para crear formas que, de alguna manera, dota de fisicalidad a las actividades y patrones de comportamiento de las comunidades. ¿Cuál es el futuro? No lo sabemos. Desde hace tiempo ha habido grandes reflexiones alrededor de muchos temas, nuevas tecnologías, conciencia de nuevas responsabilidades, sociales y ambientales; políticas que están transformando y buscando soluciones para la arquitectura.

SB: ¿De dónde obtiene su inspiración y creatividad para realizar sus proyectos?
EN: Es estudio y análisis. La arquitectura no es necesariamente un arte, es una actividad profesional y, en algunas condiciones, alcanza la condición sublime de arte. A diferencia de otras disciplinas, los arquitectos no nos enfrentamos ante un lienzo en blanco, como lo hace un pintor o un compositor de música, sino a condiciones complejas y establecidas, que ya contienen información. Nuestro trabajo consiste en entender, clasificar, analizar y ordenar toda esa información, en ir descubriendo las oportunidades de forma y espacio.

SB: ¿Cómo se combinan el diseño arquitectónico con el uso de la tecnología?
EN: La tecnología ya está en todos lados, desde realizar una videoconferencia con un cliente o con el equipo de trabajo. En nuestro caso, la utilizamos en la elaboración de presentaciones muy complejas, la resolución digital de modelos matemáticos y geométricos que antes eran imposibles de presentar y, sobre todo, en el entendimiento del espacio a través de condiciones digitales.

SB: ¿Qué es lo que hace a un edificio inteligente?
EN: Cualquier estructura bien diseñada y construida, que cumple con sus objetivos y las razones para las que fue concebida, es un edificio inteligente.

SB: ¿De qué forma introduce el factor sustentabilidad en sus proyectos?
EN: Considero que la responsabilidad que tenemos como profesionales incluye a la sustentabilidad, no sólo ambiental, sino social, política y económica. La responsabilidad con el medioambiente es algo que debe ser natural en la arquitectura. Últimamente se ha destacado el término por temas como el cambio climático. De pronto, la población en general y nuestras comunidades ya son conscientes de esta situación. No creo que exista ningún arquitecto que haya dejado de lado la sustentabilidad en sus proyectos.

SB: ¿Qué tan importante es el estudio del entorno y de los materiales antes de comenzar a diseñar una obra?
EN: Es fundamental, como dicen los americanos: site specificity [especifidad del sitio]. La arquitectura no es una condición trasportable, tampoco algo que puedas diseñar para llegar y ponerlo en otro lugar. Al contrario, siempre tiene una información muy definitiva del propio sitio y no me refiero únicamente a los materiales, es todo lo que tiene que ver con ese espacio específico.

SB: ¿Cómo se combinan la arquitectura y el urbanismo para desarrollar mejores ciudades?
EN: La arquitectura y la ciudad son lo mismo, una sola cosa. Puede ir desde el diseño de un pequeño pabellón o un gran edificio habitable, siempre y cuando se dé la condición de experiencia arquitectónica. Cualquier acción del hombre que modifique el espacio para mejorarlo, eso ya es arquitectura. Hay gente que dice que cuando llegas al campo y mueves dos piedras de su lugar, o bien, plantas un árbol, ahí ya estás haciendo arquitectura, porque ya modificaste el entorno. Hasta en condiciones que son realmente complejas como es el diseño de las ciudades, todo eso junto es la arquitectura.

SB: ¿Cuál es la obra que más retos le ha planteado?
EN: Todos nuestros proyectos han tenido sus propios retos, complicaciones y satisfacciones. En cada uno hay condiciones diferentes, no hay proyecto que no tenga retos, ni si quiera el más sencillo. Los tomamos con la misma seriedad, dedicación y compromiso.

SB: En cuanto a la pandemia de coronavirus, ¿qué reflexiones ha tenido?
EN: Realicé varias reflexiones en relación al tema. La arquitectura siempre ha sido un trabajo de colaboración, requiere del esfuerzo, talento, disciplina y participación de mucha gente. Con el coronavirus esto ya está cambiando. En otros aspectos, para mí fue un impacto muy grande, pues salgo todos los días a caminar y de repente me encuentro con una ciudad vacía. Siempre he sido un gran creyente de la densidad urbana y creo que es una de las soluciones para el reordenamiento y organización de las ciudades del futuro. Hemos visto un distanciamiento físico. Evidentemente, esto influirá en el espacio urbano y, por ende, en la arquitectura. Por ejemplo, los lugares de trabajo o vivienda compartida ya están siendo cuestionados, aspectos que ya estaban bien definidos y modificaban nuestro entorno. Tenemos que inventar nuevos patrones, geometrías, modelos matemáticos y parámetros arquitectónicos que nos permitan crear una ciudad diferente, donde todos podamos vivir juntos y revueltos.

SB: ¿Cuáles son sus planes para el futuro?
EN: Seguir trabajando. Espero tener más oportunidades para cumplir con mi comunidad, y lo que siempre hemos hecho: buscar lo mejor en cuanto a nuestras actividades profesionales.

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