Con la economía global a pique debido a las guerras comerciales y a la pandemia de la covid-19, el mundo asiste al surgimiento de un nuevo modelo de relocalización y regionalización económica de los mercados. ¿Habrá llegado al fin el momento de México?

Por: Diego León Laos

La coyuntura presente, desbordante de confrontaciones, amenazas y problemáticas internacionales como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la crisis sanitaria del coronavirus o el aún delicado estado de la cadena de suministros industriales producto de las actividades de muchos países, obliga a los desarrolladores e inversionistas a reflexionar acerca de las ventanas de oportunidad que se abren en un contexto de incertidumbre global.

Figura 1. Países destino de las exportaciones de México

Las grandes economías de consumo han visto sus procesos afectados y la distancia respecto a los territorios donde se concentró la producción se convirtió en un elemento a observar. Al mismo tiempo, los países cercanos a estas economías como el caso de México y, en especial, mercados fronterizos como los de Tijuana, Ciudad Juárez y Monterrey, han adquirido un nuevo valor agregado por su capacidad de mano de obra, logística y especialización para convertirse en el destino de nuevos desarrollos industriales en un proceso de diversificación de empresas que buscan atender la demanda estadounidense.

El momento para mostrar la capacidad y competitividad de la producción industrial hecha en México es ahora. Hace algunos años, con el inicio de la globalización, las compañías comenzaron a trasladar parte de sus procesos de producción a otros países. Con salarios por debajo de aquellos en sus lugares de origen, elegir como destino a mercados como China o India resultó atractivo para numerosas compañías occidentales. Ese fenómeno se conoce como offshoring.

Figura 2. Países destino de las exportaciones de México

Después de este auge, con la moderación del crecimiento de las principales economías y algunas guerras comerciales en el camino, se presentaron nuevas alternativas de relocalización como la del nearshoring. Esta práctica consiste en reubicar en alguno de los países vecinos de la región la cadena de valor de una empresa. En este escenario, México se posiciona como una alternativa muy atractiva para los mercados de la actualidad.

De acuerdo con información del Atlas of Economic Complexity, los socios comerciales más importantes a nivel de exportaciones para México son Estados Unidos con un abrumador 72 por ciento, seguido por China, Japón, Corea del Sur y Australia. En el caso de las importaciones, nuevamente el país de las barras y las estrellas mantiene el liderazgo con 53 por ciento, seguido de los mismos tres países asiáticos que en el caso anterior y Alemania.

Aunque podría preocupar una dependencia directa de EUA, la dinámica creciente de nearshoring puede beneficiar a México. De acuerdo con el International Trade Commission de los Estados Unidos, el total de bienes manufacturados e importados desde México hacia la Unión Americana con respecto al de los países asiáticos de bajo costo saltó de un 4 a un 42 por ciento entre 2018 y 2019, es decir, el mayor crecimiento en cerca de seis años.

Figura 2. Países destino de las exportaciones de México

Ventajas del nearshoring

  • Se emparejan o disminuyen las diferencias horarias
  • Reduce la brecha cultural
  • Agiliza la toma de decisiones
  • Menores costos y tiempos de traslado para acudir presencialmente
  • Búsqueda de similitudes en los marcos legales y financieros

Al hacer un paralelo, las ventajas de México son claras. Geográficamente, la amplia frontera con Estados Unidos les permite compartir tres husos horarios, así como poseer acceso a los océanos Pacífico y Atlántico. De acuerdo con la consultora Kearney en su último Reshoring Index, México cuenta con importantes reducciones de costos y tiempos: mientras un container de 40 pies proveniente de China hacia Estados Unidos supera un costo de transporte de 4 mil dólares y cerca de cinco semanas de traslado, en México el costo es menos de la mitad y sólo toma unos cuantos días.

Además, cuenta con mano de obra calificada al encontrarse en el octavo lugar con más ingenieros graduados a nivel mundial. A su vez, mantiene costos competitivos de mano de obra: un trabajador promedio en México cuesta cerca de 3.90 dólares frente a 4.50 dólares en China; además, presenta una tasa de crecimiento salarial anual un dos por ciento inferior a la del país asiático.

En la Figura 3 es posible observar que, a diferencia de la mayoría de los países de América Latina, México cuenta con una economía altamente diversificada y, sobre todo, cada vez más especializada.

Si se posiciona como una alternativa para reducir la dependencia de la cadena de suministro de China, el país podrá capturar una parte significativa de la inversión producto del replanteamiento de las estrategias de inversión en el contexto actual.
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Diego León Laos
Arquitecto por el Tecnológico de Monterrey (ITESM), estudió la Maestría en Desarrollo Inmobiliario en el programa de posgrado de Urbanismo de la UNAM. Se unió a Newmark Knight Frank Ciudad de México en 2017. Actualmente, se desempeña como market research analyst para México y Latinoamérica en Newmark Knight Frank México.

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