Si bien la pandemia de coronavirus no precipitó el fin del mundo en 2020, sí modificó de forma sustancial el modo en que lo habitamos y concebimos para siempre. En todos los ámbitos, ya nada volverá a ser como antes y es imposible volver al paradigma precedente.

Como tantas otras actividades productivas, la industria de la construcción ha sido puesta a prueba por la covid-19: de acuerdo con el informe Situación Inmobiliaria México, elaborado por BBVA Research, el producto interno bruto del sector podría caer hasta un 20 por ciento este año. La contracción, además, continuará por lo menos hasta la primera mitad del 2021.

La recuperación será lenta debido a la incertidumbre global pero también por la desconfianza que predomina en la iniciativa privada. Tan sólo en septiembre, el valor de la producción generado por las empresas constructoras registró un aumento de un 0.2 por ciento en términos reales respecto al mes previo, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En un escenario de recesión, las desarrolladoras y compañías de bienes raíces deberán replantear sus estrategias de negocio a fin de sortear la crisis. La edificación y arquitectura inteligentes, a su vez, deberán afinar su visión de sustentabilidad y adaptarla a la nueva normalidad para 2021.

Como bien señala Gonzalo Robina, Director Adjunto de Fibra Uno (FUNO), protagonista que engalana la portada de este número, el real estate es “un negocio cíclico, con altas y bajas. Llevábamos una temporada muy larga con buenas condiciones, pero finalmente llegó la baja”. No obstante, aconseja, “no hay crisis que no aguante veinte horas de trabajo diarias”.

Cabe recordar que FUNO es el primer y más grande fideicomiso de inversión de bienes raíces en México. Con presencia en los 32 estados del país y más de 9 mil inquilinos, su portafolio consta de 647 propiedades, para un total de 10 millones 512 mil metros cuadrados. Sin duda, todo un peso pesado el sector de las fibras cuya perspectiva de negocio resulta esencial para comprender los avatares y oportunidades de la industria inmobiliaria.

La obra más ambiciosa de FUNO a la fecha es Ciudad Viva, uno de los desarrollos inmobiliarios de usos mixtos más grandes del país. Enclavado al sur de la Ciudad de México, su estructura más emblemática es Torre Mítikah, un coloso de 267.3 metros de altura que se convertirá en el edificio residencial más alto de la capital mexicana (el tercero del país). El lector podrá encontrar más detalles técnicos en la sección Arquitectura de esta edición.

Por último, agradecemos a todos los columnistas y colaboradores que han escrito en las páginas de Smart Building a lo largo de este año. Y, faltaba más, a nuestros miles de lectores en México y Latinoamérica. A todos ellos, les deseamos una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo. Que el 2021 sea un año colmado de éxitos y se cumplan todos sus objetivos.

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