Como revista especializada en la edificación sustentable e inteligente, debemos abordar la difícil realidad que afronta la industria de la construcción en México. Una primera evidencia de esta preocupación se refleja en la entrevista de portada de este número, en la cual platicamos con Vicente Naves, director de Plataforma Inmobiliaria de la firma de capital privado Artha Capital, quien nos dijo: “Ahora estamos en un entorno y coyuntura complicados porque el cambio de gobierno y algunas de las ideas propuestas han traído mucha incertidumbre, muchas dudas en el mercado nacional e internacional, y la inversión y el apetito de inversión en el país, particularmente en proyectos inmobiliarios, ha bajado sustancialmente”.

El columnista Miguel Pineda, en su sección de Negocios y Empresas del diario La Jornada, también advierte sobre “La caída de la construcción”. Argumenta que la industria vive uno de sus peores momentos en décadas, ya que durante los seis primeros meses del actual gobierno el sector cayó 6.86 por ciento. Tan sólo en la Ciudad de México hay 88 grandes proyectos inmobiliarios, con más de 7 mil millones de dólares invertidos, que están en proceso de revisión, o bien, clausurados, cuyo impacto se calcula en el despido de más de 30 mil trabajadores.

Los subsectores que presentan los mayores riesgos son el de la vivienda, el de oficinas corporativas –que viene arrastrando una sobreoferta–, y el de infraestructura federal, que está prácticamente detenido.

Otra alerta roja se lee en la revista Nexos, en ella, Jaime Sierra Mendoza, quien forma parte de Derechos Humanos y Litigio Estratégico Mexicano, A.C. advierte sobre una posible crisis en la construcción de vivienda en la Ciudad de México y explica cinco causas esenciales: regulación ineficiente; limitación a los usos de suelo; elevados costos para el constructor; falta de terrenos y corrupción gubernamental.

Frenar a una parte importante de la industria de la construcción para conocer cuál es la ilegalidad de algunos proyectos no es la mejor estrategia para combatir la corrupción; es como detener el paso de una ambulancia para cerciorarse de que el chofer cuenta con licencia de conducir. Tómese en cuenta que este importantísimo sector impacta en 50 ramas industriales, por decir lo menos.

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