La covid-19 aceleró los procesos de digitalización, pero la brecha entre los líderes y los seguidores se está ampliando. Hoy, las empresas tecnológicamente maduras se están preparando para en el siguiente paso evolutivo: la convergencia*
Redacción / Fotos: cortesía de Autodesk
El 2022 será el año de la convergencia, la próxima ola de transformación digital. El concepto refiere a la mezcla de tecnologías, procesos y datos anteriormente separados para crear nuevas combinaciones de productos, servicios y experiencias que reconfiguran los procesos y estructuras de la industria, según un estudio realizado por Altimeter y Autodesk en fechas recientes.
La convergencia, advierte el estudio, es el resultado de la aceleración de un conjunto de tendencias derivadas de la pandemia de covid-19. Entre ellas, destacan las prácticas innovadoras como las comunicaciones virtuales, el compromiso digital personalizado, el modelado inmersivo, la creación rápida de prototipos y la colaboración eficiente.
El estudio, que consultó a 749 directivos de empresas de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Japón y China de los sectores de la arquitectura, ingeniería y construcción (AEC), diseño y fabricación (D&M), y medios y entretenimiento (M&E), señala que las dificultades causadas por la pandemia crearon dos clases de empresas.
La primera, con un nivel bajo de madurez digital, que tuvo dificultades para aplicar estas prácticas innovadoras y todavía está en proceso de ponerse al día. La segunda, con niveles más altos de madurez digital, ya había implementado las últimas prácticas innovadoras y, por lo tanto, prosperado. Esta última categoría ya está preparada para la convergencia.
Una de las principales conclusiones de la investigación es que la madurez digital es un fuerte indicador de la medida en que una compañía cree que se verá afectada por la convergencia. Así, el 58 por ciento de los encuestados reconoció que la convergencia es una de las partes más importantes para su negocio.
Las 5 etapas de madurez digital
Para determinar el grado de madurez digital de una empresa, se pidió a los encuestados que definieran su negocio dependiendo de la etapa en la que creen que se encuentran. La etapa cero, por ejemplo, es la que no prioriza la transformación digital ni se contempla como un plan a corto plazo. La quinta, en cambio, refiere a una compañía que presenta una sólida base digital y se centra en aprovechar los datos y la IA para optimizar los procesos, productos y servicios, y las experiencias de los clientes.
El 7 por ciento expresó estar en la etapa uno, es decir, que acaba de empezar a construir un plan de negocio para la digitalización. El 15 por ciento está en la etapa dos, empezando a entender los trayectos de los clientes, mejorando las habilidades digitales, mapeando los procesos y viendo la tracción temprana. El 17 por ciento comentó estar en la etapa tres porque ya inició a digitalizar sus operaciones a escala, pero la modernización de las plataformas y los procesos se está produciendo a nivel departamental.
En la etapa cuatro se ubicó el 26 por ciento de los encuestados, quienes expresaron que han digitalizado las operaciones y se centran en integrarlas para utilizar los datos de forma más estratégica en toda la organización. El 59 por ciento se ubica en la mayor madurez digital (etapa 5), ya que la convergencia es un aspecto crítico de su negocio. A medida que los niveles de madurez disminuyen, también lo hace el reconocimiento de la convergencia como una tendencia transformadora.
4 tipos de convergencia
Ahora bien, esto no significa que las organizaciones menos maduras deban esperar a alcanzar etapas más avanzadas de madurez digital para pensar y prepararse para la convergencia. De hecho, para llegar a la fase 5 y cosechar frutos es necesario sentar las bases de la convergencia lo antes posible.
El primer paso para construir los cimientos de la transformación digital es comprender todas las formas en las que se produce la convergencia e identificar las categorías que tendrán el mayor impacto en el negocio. La investigación reveló cuatro niveles de convergencia acorde a su impacto y sector:
- De procesos: Los procesos y flujos de trabajo antes independientes se conectan ahora en toda la compañía para lograr una mayor eficiencia y objetivos integrados.
- Tecnológica: Tecnologías como la nube, el IoT, la IA, la gestión de la cadena de suministro y la realidad aumentada y virtual están convergiendo para crear nuevos casos de uso y soluciones.
- De datos: La información antes aislada es ahora más accesible y se utiliza en toda la industria para impulsar nuevos productos y servicios.
- Industria: Los sectores, antes separados, se están haciendo más similares y conectados, lo que genera nuevas oportunidades para la creación de valor.
El desafió de la implementación
Si bien los beneficios de la convergencia parecen evidentes en cada etapa de la madurez digital, muchas organizaciones enfrentan varios desafíos en su implementación. Algunos de ellos son la resistencia al cambio en las empresas con sistemas y prácticas heredadas, el despliegue incorrecto de las IA alimentándolos de datos obsoletos o sesgados y la falta de preparación en un pensamiento más expansivo y visionario de los diseñadores y planificadores que requieren formación, familiaridad y uso de herramientas.
“Entender la convergencia y hacerla funcionar en la organización es una ventaja competitiva poco aprovechada. La convergencia de procesos, datos y tecnología afecta a la mayor parte del funcionamiento interno de la empresa”, afirmó Alexander Stern, estratega tecnológico de Autodesk.
“Es la convergencia de la industria, impulsada por fuerzas externas donde ocurre la magia. Es cuando las industrias previamente dispares o que operan en paralelo encuentran formas de colaborar en beneficio mutuo. Esta colaboración adopta muchas formas, como asociaciones, relaciones transaccionales o simplemente recursos compartidos”, concluyó Stern.