Los sistemas de automatización de edificios, gracias a la disponibilidad de datos, algoritmos de análisis y tecnología, permiten la resolución de problemas de manera innovadora y eficiente
Fotografía superior. Las instalaciones comerciales ligeras están descubriendo la necesidad de la información para generar mayor productividad
Por: Carlos Vega Velasco
Gracias a la optimización de la tecnología de red inalámbrica y a la estandarización de los protocolos de comunicación, ahora es más fácil recopilar datos de los sensores instalados dentro de un edificio. Además, los componentes electrónicos se han vuelto baratos, rápidos y superiores, por lo que proporcionan una mayor cantidad de datos y un aumento en la velocidad de procesamiento. Pueden encontrarse prácticamente en cualquier dispositivo, como válvulas, actuadores, termostatos o salidas de pared.
Con el IoT en pleno auge y un acceso más fácil al procesamiento de analíticos en la nube, es posible transmitir información, pronosticar resultados y usar datos como nunca. Eso significa que, como una forma de recopilar y compartir información, es momento de dar un nuevo vistazo a cada elemento de los edificios, desde pequeños interruptores eléctricos, cerraduras de puertas, luces, enfriadores y hasta calderas.
Más importante aún es que se debe reexaminar el papel de los sistemas de automatización de edificios (BAS, por sus siglas en inglés) para permitir la fusión de los datos, algoritmos de análisis y la tecnología con el objetivo de resolver problemas de manera innovadora, especialmente en edificios más pequeños.
Día a día dentro de un edificio
Se puede tomar como ejemplo la actividad generada dentro de cualquier edificio a primera hora de la mañana: a una pequeña oficina comienzan a llegar los empleados, por lo que aumenta la demanda de calefacción o enfriamiento después de que cada uno se ha ubicado en su cubículo o escritorio.
En esta situación, anteriormente el BAS sólo reajustaba el equipo para que las bombas se encendieran y las válvulas se abrieran en respuesta a la entrada de personas. En la actualidad, siguiendo la medición de los sensores, optimiza el rendimiento del sistema y proporciona la medida exacta de caída de presión en equipos de bombeo primarios y secundarios, lo que reduce el trabajo que necesitan las enfriadoras, calderas y bombas eléctricas que mueven el agua por todo el edificio.
El BAS funciona detrás de escena, usando automáticamente válvulas y termostatos para ajustar el flujo de aire y acondicionar ese espacio de manera más inteligente y eficiente. Debido a la tecnología en esa pequeña zona, el equipo se optimiza automáticamente.
Optimizando la ocupación
La ocupación en un espacio en particular se puede optimizar alrededor de una válvula conectada a un termostato que controla el flujo de agua enfriada y dirige el confort de una zona acondicionada; luego se consigue multiplicar este efecto a través del edificio para hacer que la red de bombeo sea más eficiente. Debido a que el sistema mejora, es posible determinar cómo afecta a otros equipos de HVAC.
Cuando ya se cuenta con edificios autooptimizados, hay que saber qué se debe hacer con esa información. Lo recomendable es enviarla a la nube para una mayor revisión analítica y una evaluación comparativa, con la finalidad de mejorar la naturaleza predictiva de los datos y el ciclo de vida del edificio.
Y aquí es donde entra en juego el análisis de información en la nube: cuando el propietario de un edificio acepta compartir sus datos con una megafuente, como Johnson Controls, el conocimiento crece y los beneficios se extienden.
Más inteligente y accesible
Se han atestiguado los resultados obtenidos de edificios inteligentes e integrados con BAS de primera línea: operaciones más eficientes, emisiones reducidas y ahorros financieros. Un BAS puede, incluso, ayudar a mejorar la calidad de la certificación LEED, con la información que se puede evaluar en la nube a través de algoritmos de análisis de energía.
Sin embargo, estos sistemas usualmente sólo se introducen en edificios muy complejos y de alta gama, mientras que aquellos edificios comerciales como oficinas, establecimientos minoristas, clínicas médicas, restaurantes y grandes tiendas cuentan con menos opciones para llegar a los mismos objetivos. BAS ha sido malinterpretado como una implementación demasiado cara, compleja y difícil de instalar para empresas de menor escala.
Los establecimientos comerciales ligeros desean tener la misma experiencia que las empresas grandes y es evidente que este cambio se está haciendo realidad con los componentes que trabajan juntos para crear sistemas cada vez más asequibles, ya que el software se vuelve más fácil de usar y el proceso de instalación se simplifica y mejora.
La inversión en tecnología no sólo significa operar instalaciones a menores costos, sino también tener la prueba para respaldar esta inversión, un aspecto a menudo crítico en edificios de menor tamaño y presupuesto. A través de los paneles de control de BAS, se logra una mejor percepción de lo que está sucediendo.
En la información en blanco y negro, o mejor, en coloridos gráficos en cualquier dispositivo móvil o en un kiosco informativo, se puede observar que el edificio funciona de manera más sostenible al ahorrar energía y agua. Y eso hace que sea fácil demostrar que se logran los objetivos de eficiencia y los ahorros que se buscan.
Oportunidades de mercado medio
Claramente, los beneficios de BAS no son sólo para grandes edificios. Cada vez más las instalaciones comerciales ligeras del mercado medio están descubriendo la necesidad de contar con más información para obtener mayor productividad.
Existen sistemas con un enfoque de menor costo que consiguen eliminar las barreras porque promueven una instalación más fácil, lo que favorece un aumento dramático en la información del sistema para proporcionar mejor valor a los usuarios.
Los contratistas no tendrán que ser expertos en programación para armar un sistema inteligente. La adaptación al cambio tecnológico se facilitará debido a factores como los siguientes:
- Ajustes de configuración simples, porque los valores inteligentes para los parámetros de control están configurados desde fábrica
- No se necesita programación de campo
- No se requieren herramientas de software
- No se requiere mano de obra de instalación del proveedor de control
- Capacidad de integrar la detección de fallas y el diagnóstico para resolver problemas mecánicos y de control
- Adaptabilidad a las características y necesidades únicas de un edificio
- Conectividad remota y notificación en cualquier momento y lugar
Ya que se determinan las métricas importantes y cómo conectar mejor los sistemas dispares en edificios de menor tamaño, hay más por hacer. Y de eso se trata la innovación: encontrar un problema y descubrir cómo resolverlo.
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Carlos Vega Velasco
Business development manager en Johnson Controls. Graduado en Ingeniería en Automatización y Control por el Instituto Politécnico Nacional; cuenta con una maestría en Gestión de Negocios por la misma institución.