Consciente de su tiempo, el arquitecto Francisco Elías critica las formas en las que la arquitectura ha contestado en la Ciudad de México, que ante la urgencia de un reordenamiento urbano apuesta por el crecimiento de una sociedad de consumo. Es más, advierte que se trata de un modelo adoptado de Estados Unidos, que en ese mismo país está quedando obsoleto.
El también multigalardonado arquitecto hace una valoración precisa del desarrollo sostenible en tiempos en los que los conceptos se van deslavando por su uso irreflexivo. Hasta que no se pone de manifiesto el gasto energético, argumenta, no se crea conciencia. En esa dirección se desarrolla la entrevista que Smart Building le realizó para la portada de este número.
También, en esta edición, Paulo Campos, director General de R&M para América Latina, describe cómo la tecnología de cableado contribuye a construir edificios inteligentes, un elemento siempre oculto, pero constitutivo de su sistema arterial.
Lisa Prats, directora de Administración, Estándares y Asuntos Internacionales de BOMA Internacional, habla en entrevista sobre los planes que hay en México para la aplicación de estándares en la operación de edificios y sus efectos positivos en los usuarios. BOMA ha tenido una participación influyente en la forma en cómo se administran los inmuebles en el país, y ha conseguido certificar algunos espacios de oficinas. De acuerdo con Prats, México es un mercado potencial para el desarrollo de BOMA 360, un estándar pertinente para corredores abundantes como Reforma o Santa Fe.
En este bimestre, además, escribe el doctor David Morillón, prominente experto en materia sustentable y notable investigador sobre el efecto de la edificación en el cambio climático. Su artículo abunda sobre cómo esta industria puede mitigar su impacto a través de factores de tres disponibles, a saber: el ambiental, el tecnológico y el biológico.
Del 2 al 13 de diciembre, se discutirá, una vez más, el futuro del planeta en la COP25, con sede en la ciudad de Santiago, en Chile. Sin duda, el impacto de esta industria podrá tener un antes y un después si los acuerdos, por fin, resultan contundentes y no una manera poco comprometida de atender un problema civilizatorio. Desde Smart Building, nos unimos al clamor por acuerdos vinculantes y urgentes.
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