La belleza de los destinos turísticos de México lo convierten en un lugar único y fascinante para cualquier tipo de viajero; no por nada ocupa la novena posición en la lista de las naciones más visitadas del mundo, con aproximadamente 35 millones de turistas cada año
Por David Pagan
Observar a las más reputadas cadenas globales aterrizar en lugares como Ciudad de México, la Riviera Maya, Los Cabos, entre otros, conduce a valorar el atractivo del país como destino turístico. La oferta va en ascenso y obligará a cada proveedor de hospedaje a crear experiencias únicas, incorporando las más recientes modas en diseño, lo último en tecnología y las mejores propuestas culinarias sin sacrificar hospitalidad y servicio.
Los inmuebles que hospedan a estos viajeros son diferentes en lenguaje arquitectónico, tamaño e interiores. Desde hermosas haciendas de la época colonial, casonas transformadas en hoteles boutique, urbanos y resorts. Los turistas tienen una variedad de opciones para disfrutar de la playa, montaña, desierto o sitios arqueológicos mexicanos.
A la par, la oferta hotelera comienza a modernizarse a través de instalaciones inteligentes. Éstas permiten el ahorro energético y representan experiencias satisfactorias para el huésped desde su llegada hasta su partida. Para ello, es necesario considerar los siguientes factores:
Diseño y ergonomía que cautivan
La acelerada evolución de la tecnología y la domótica ha provocado que, a la par de las nuevas soluciones para espacios inteligentes, las compañías ofrezcan estilos arquitectónicos más contemporáneas.
Con esto, no se sacrificará la estética al agregar inteligencia. Los dispositivos deben ser parte del diseño de interiores, en la que un profesional decide si quiere resaltar su ubicación, belleza, o por el contrario, que éstos tomen un papel secundario, meramente funcional. Asimismo, habrán de ser pensados como accesorios, por lo que las terminaciones deberán ajustarse a una paleta de colores, sean mate, brillante, metales o cristal.
Uso intuitivo
El punto central es la amigabilidad del sistema, un término que destaca la facilidad en el uso o funcionamiento autónomo. En sólo segundos el huésped debe entender cómo controlar luces, temperatura, ventiladores.
La inteligencia en una habitación o espacio hotelero es como el “amigo buena onda” que hace de cada vivencia algo único y divertido. La inclusión de escenas o ambientes predeterminados permite al diseñador de iluminación compartir su visión con el viajero. Opciones como “no molestar” o “requiero servicio” también deben ser fáciles de identificar bajo un esquema de control.
Experiencias que perduran
La integración de ventiladores, sistemas de iluminación y control de temperatura, persianas, cortinas, entre otros, facilitan al equipo de diseño y marca hotelera curar una experiencia singular. Tan única, como llegar a un cuarto con la temperatura perfecta, luces tenues y un cortinero automático que desvela la vista de la ciudad o la playa.
Además, la habilidad de crear ambientes predeterminados para actividades como despertarse en la mañana, ver televisión o leer en la noche son elementos que prevalecen en el mundo residencial de lujo hace más de una década. Hoy es posible recrear una estancia similar en todo tipo de hoteles.
Más beneficios, menores costos
Invertir en espacios de este tipo conlleva un costo adicional muchas veces no considerado por los grupos inversores o desarrolladores, pues un inmueble hotelero requiere renovaciones cada cinco a siete años.
Por la velocidad en el desarrollo de tecnologías es crucial que los proyectos diseñados incluyan al menos elementos básicos de inteligencia, esto los hará permanecer vigentes y competitivos en el futuro.
Algunos hoteles son más proclives a fomentar el ahorro energético, a través de los sistemas de enfriamiento de la habitación y la integración de cortineros que limitan la radiación solar que entra al cuarto en forma de calor.
En zonas costeras es posible cerrar las cortinas y bajar la temperatura e intensidad del aire acondicionado cuando el huésped abandona su habitación. También puede obtenerse información sobre el mismo y comparar el consumo energético en el invierno contra el verano. Asimismo, existen nuevos programas de software que ayudan a los operadores a saber que una luminaria dejó de funcionar antes de que un huésped llame para reportarlo.
Valor agregado
El tema de la inteligencia es cada vez más popular en residencias, oficinas y edificios comerciales. En el sector hotelero, la intención es generar una experiencia que vaya un paso más allá del hogar. Un hotel smart permite al huésped recibir servicio de mantenimiento o una llamada del front desk con sólo oprimir un botón o incluso indicarle al equipo de limpieza cuando usuario no quiere ser molestado.
En conclusión, la hotelería inteligente llegó para quedarse en México. Operadores y diseñadores ya la aplican en distintos lugares de la República con firmas internacionales y locales para seguir avanzando en la creación de momentos irrepetibles para los viajeros de todo el país.
David Pagan
Cursó estudios en arquitectura en Cornell University, en Ithaca, Nueva York. Especialista en la síntesis de diseño arquitectónico, de iluminación y de interiores con sistemas de control para desarrollos residenciales, comerciales y hoteleros. Actualmente es líder de Arquitectura y Diseño para Lutron Electronics Co., Inc. México.