En el entorno actual, la industria de alimentos y bebidas enfrenta una presión creciente para optimizar sus operaciones, cumplir con regulaciones estrictas y responder a consumidores cada vez más exigentes. La excelencia operacional se ha convertido en un imperativo estratégico, y su alcance va mucho más allá de la simple eficiencia: implica una visión integral que abarca la calidad, la sostenibilidad y la resiliencia empresarial.
Las organizaciones líderes han comprendido que la excelencia operacional no es un estado estático, sino un proceso continuo de mejora. Un estudio de Aberdeen, basado en 170 empresas globales, identifica tres KPIs fundamentales: la eficiencia global del equipamiento (OEE), el tiempo de respuesta ante no conformidades de calidad y la mejora de márgenes sobre objetivos corporativos. Estos indicadores permiten a las empresas identificar cuellos de botella, anticipar riesgos y tomar decisiones informadas para elevar su desempeño.

Sin embargo, alcanzar estos estándares requiere una integración profunda de tecnología y cultura organizacional. La digitalización y la automatización son catalizadores clave. Soluciones como EcoStruxure™ de Schneider Electric permiten la gestión digital, centralizada y cibersegura de toda la instalación, incluso en fábricas con más de 20 años de operación. La arquitectura modular y personalizable facilita la adaptación a las necesidades específicas de cada planta, promoviendo la eficiencia operativa y energética, así como el compromiso ecológico.
Calidad de la Energía, Sostenibilidad y Trazabilidad: Impacto Directo en Resultados
La calidad de la energía emerge como un factor crítico: según datos recientes, entre el 30% y el 40% del tiempo de inactividad se atribuye a alteraciones en la calidad de la energía. Implementar soluciones avanzadas de monitoreo y control, como Power Monitoring Expert y relés de protección, permite garantizar un suministro estable y cumplir con normativas como el Código de Red Mexicano y la certificación ISO 50001. El impacto es tangible: se ha registrado hasta un 30% de reducción en costos operativos mediante eficiencia energética y un 25% de incremento en productividad gracias a sistemas de monitoreo y control.

Por otro lado, la sostenibilidad, lejos de ser solo una tendencia, se consolida como un motor de rentabilidad. De hecho, el 49% de los directores financieros del sector reconoce una correlación directa entre sostenibilidad y rendimiento financiero. Adicionalmente, la gestión energética inteligente permite reducir hasta un 15% las emisiones de carbono, mientras que la automatización y el control preciso contribuyen a disminuir en un 20% los defectos de producto. Estas cifras reflejan cómo la excelencia operacional impacta no solo en la eficiencia, sino también en la reputación y la competitividad de la empresa.
Sumado a esto, la trazabilidad y la capacidad de respuesta ante no conformidades son esenciales para proteger la seguridad alimentaria y la reputación de la marca. Sistemas SCADA y plataformas integradas como EcoStruxure™ Building Operation automatizan el control de iluminación, climatización y monitoreo ambiental, asegurando la calidad en cada etapa del proceso productivo, desde la recepción de materias primas hasta la distribución final. Además, el cumplimiento de normativas se facilita mediante reportes firmados y auditorías digitales.
El Caso de Grupo Nestlé México
Grupo Nestlé México ilustra el potencial de estas soluciones: mediante la implementación de Power Monitoring Expert, automatización de HVAC e iluminación y la centralización de sistemas con EcoStruxure™ Building Operation, la empresa logró una reducción del 20% en el consumo energético y una mejora del 15% en la eficiencia operativa, contribuyendo significativamente a sus objetivos de sostenibilidad.

El Camino Hacia las Fábricas del Futuro
La excelencia operacional también requiere una cultura organizacional orientada a la mejora continua. El liderazgo debe fomentar la innovación, la colaboración y la responsabilidad compartida, empoderando a los colaboradores con herramientas, formación y autonomía para contribuir activamente a la optimización de procesos. La gestión digital y cibersegura de la instalación, junto con la visualización de datos en sitio y el monitoreo ambiental, permiten tomar decisiones ágiles y fundamentadas.
En conclusión, la excelencia operacional en la industria de alimentos y bebidas es mucho más que eficiencia: es visión estratégica, innovación tecnológica y orientación firme hacia la calidad y la sostenibilidad. Las organizaciones que integren estos elementos estarán mejor posicionadas para liderar el futuro del sector, haciendo de la excelencia no solo una meta, sino una ventaja competitiva sostenible.