¿Los procesos de edificación y la praxis arquitectónica deberán transformarse tras la pandemia de la covid-19? En una charla en línea con Smart Building, el arquitecto Jean Michel Colonnier, director y fundador de Colonnier Arquitectos, reflexionó enfático: “No se debe radicalizar el cambio en la arquitectura, se debe pensar desde lo que aún no está construido, para mejorar y cambiar la forma en que diseñamos nuestro entorno y la forma en la que construimos el mundo”.

El artífice de obras icónicas de la arquitectura sustentable en la Ciudad de México, como Torre Diana, Oasis Coyoacán o corporativo Origami, recordó que los inmuebles se diseñan pensando en una serie de problemáticas diferentes según el entorno y la densificación de las urbes: “En el pasado, la arquitectura respondió a efectos de pandemias, no tiene mucha novedad que ahora se quiera promover una nueva forma de diseñar. Las ciudades siempre han respondido a estos problemas. París es un ejemplo, con la evacuación de las aguas negras en sus calles, se inventaron perfumes, zapatos y soluciones por el estilo. En un momento dado, la mejor decisión fue crear un sistema de drenaje que evitó la epidemia del cólera. Otro ejemplo son los chinos, con la peste bubónica que empezó con una plaga de ratas, se vieron obligados a cambiar el diseño de puertas y de drenaje”.

En cuanto al paradigma en el diseño de edificios comentó que “en términos de espacios se está planeando más uso de escaleras y menos elevadores, pasillos anchos, puertas amplias. Todo se está realizando con el fin de evitar contacto y crear distancias. El espacio es un lujo, aunque éste nos generé un costo extra”.

En las edificaciones triple A que él ha diseñado, ejemplificó, cuentan con sistemas sofisticados de flujo de aire, y se comenzarán a implementar elevadores con nuevos métodos de ventilación, en las escaleras eléctricas se colocarán barandales con filtros de aire que ayudarán a la pandemia actual u otra bacteria.

Colonnier habló también sobre el cambio en las costumbres sociales, como lavarse las manos de manera ceremonial, poner estaciones de gel desinfectantes, la vigilancia del personal al tocar la temperatura, entre otras medidas que se adoptarán por los administradores de inmuebles.

Antes de la covid-19, agregó, teníamos cinco metros cuadrados por persona y ahora se deberá dejar un lugar ocupado y dos vacíos para mantener la distancia, manejando 12 metros cuadrados por individuo. Aconsejó implementar el teletrabajo o home office, para mantener el 50 por ciento de ocupación en una oficina y así reducir el tráfico.

“No podemos perder las relaciones humanas por una pandemia, hay que corregir cosas, pero no necesariamente transformarlas. Nos estamos concentrando en este virus al 100 por ciento, pero sigue habiendo problemas, como el calentamiento global y el tránsito de vehículos, que regresarán cuando termine la covid-19. Lo que está pasando es algo que no habíamos planeado, la idea de traer una máscara de manera permanente no es algo agradable y para que algo sea culturalmente relevante tiene que abarcar diferentes factores”, remató Colonnier.

shares