Estimado(a) lector de Smart Building: en el número anterior daba cuenta de la crisis humanitaria que atraviesa el mundo entero y los estragos que la covid-19 ha causado en el real estate. Las curvas de crecimiento de casos y defunciones han tenido un “baile suave”, o bien, “acalorado”, dependiendo de las medidas de confinamiento y cierre de negocios “no esenciales” que implementó cada gobierno local. El mal llamado distanciamiento social (debió llamarse distanciamiento físico, pues lo social agregó inconscientemente falta de empatía y frialdad en el comportamiento de los seres humanos) llegó para quedarse, y aunque es verdad que nos encontramos en una “nueva normalidad”, es importante mantener el enfoque como sociedad para lograr que tod@s logremos salir adelante junt@s.
Si bien aún no conocemos las implicaciones de la nueva normalidad, tenemos una idea de lo que sucederá: como requisito para abrir sus puertas, empresas con falta de liquidez gastarán una cantidad importante de recursos para que sus espacios estén habilitados para contener los contagios, al tiempo que modifican los lugares que un día fueron concebidos como áreas abiertas para fomentar la transparencia, la comunicación y el trabajo en equipo. También se reducirá el número de reuniones presenciales en espacios confinados, entre otras acciones. Las empresas tardarán meses, incluso años, para sanar esa brecha tan grande que se abrió al cerrar sus puertas por más de dos meses.
En este contexto, hemos comenzado a colaborar con diversas asociaciones, afines a las industrias de la edificación, instalaciones e infraestructura en ciudades. Hasta el momento, contando al IMEI-BOMA México, suman dieciséis: Acomee México, ALAS Comité Nacional México, Americ A.C., AMEXSI, Amraci, Andira, ASHRAE, ASIS International, Bicsi Cala, Conapci, IMCISS, ISA México, NFPA Capítulo México, SUMe y UNCE.
Hace dos años, nos reunimos con ellas con la finalidad de compartir mejores prácticas y aprender de las fortalezas que cada organización tenía en nueve rubros: legislación, normatividad, importaciones, exportaciones, medioambiente, responsabilidad corporativa, responsabilidad social, transparencia y libre competencia.
Hoy, esta unión de voluntades se ha incrementado en número e intensidad, y quiere lograr mucho más.
Buscamos proveer de guía y certidumbre en esta nueva normalidad, brindar beneficios comunes para todos nuestros asociados y generar propuestas para ayudar a que la cadena productiva de la industria sobreviva con el menor impacto posible. En una meta, que es muy posible, soñamos con una coordinación de proyectos que cubra desde el diseño basado en la normatividad mexicana, hasta la ejecución y la entrega posventa, con una base de costos completos y correctos.
Poco a poco, más asociaciones se suman a la unión, que no está justificada en la diplomacia, sino en la suma de varias voluntades para dialogar, compartir y exponer temas afines para encontrar soluciones comunes y formas de enfrentar los retos del real estate. Nuestro enfoque se basa en cuatro ejes de trabajo: estrategia, comunicación, normatividad más transferencia del conocimiento y responsabilidad socioempresarial.
Nuestro propósito es lograr la continuidad de los negocios en la industria de la construcción en México para que nuestro país continúe hacia adelante, con orden, generosidad, flexibilidad y respeto.
¡Unidos, somos más!
Elsa Yáñez
Presidenta del IMEI-BOMA México 2020-2021