La firma internacional de bienes raíces, Newmark Knight Frank (NKF), presentó el documento Perspectivas inmobiliarias durante la contingencia, en el cual se afirma que el desarrollo de usos mixtos deberá adaptarse a las condiciones de la nueva normalidad y considerar estrategias que procuren la salud de las personas.
“La pandemia nos enseñó la rapidez con la que un virus puede afectar a la sociedad y la economía mundial. Son muchas las lecciones que hemos aprendido, pero para los mercados se vuelve fundamental adaptar los inmuebles ya construidos a los nuevos tiempos. De igual forma, los desarrollos futuros tendrán que considerar dentro de los costos de construcción elementos que garanticen la salud de los ocupantes”, aseguró Juan Flores, director of research de NKF.
A raíz de la covid-19, aseguró Flores, hubo una reducción en las ventas de vivienda en la Ciudad de México, pues, hasta antes de la pandemia, se vendían alrededor 3 mil viviendas de manera trimestral. “Es un buen momento para que los desarrolladores puedan adaptarse como elemento de competitividad a espacios interiores flexibles, mayores áreas enfocadas en trabajo, limpieza y ejercicio, inversiones en tecnología touchless, así como adaptar a la mayor amplitud posible en áreas comunes”, recomendó.
Con respecto al home office o teletrabajo, dijo que la idea infundada de que las oficinas se van a migrar a las casas es imposible, pues éstas seguirán siendo el centro de operación de las empresas y negocios. Las oficinas, agregó, tienen el reto adaptarse a los nuevos tiempos, realizar las adecuaciones necesarias para garantizar la sana convivencia, lo que al final se traducirá en una menor densidad de los espacios de trabajo, así como una mejor distribución de las áreas comunes. De este modo, afirmó, tienen una gran oportunidad de aparecer cerca de los grandes núcleos poblacionales y evitar tantos traslados innecesarios en favor de la productividad.
Por último, Flores mencionó algunas de las lecciones que se han aprendido con la pandemia, como la necesidad de contar con una mejor planeación urbana, es decir, una ciudad que responda a los retos de proveer una vivienda cercana al trabajo o viceversa, además de procurar concentraciones urbanas con todo el abasto de alimentos, medicamentos, productos de consumo, así como servicios de transporte, de salud, espacios de diversión, deporte y sana convivencia social.